«Werther» (Francisco Javier Salazar Arboleda)
Yo le miré; cual húmedo rocío / bañaba sus mejillas flébil llanto, / el ¡ay! de la agonía era su canto, / y su albor el pesar triste y sombrío. / El Mediodía. / Yo lo miré…
Yo le miré; cual húmedo rocío / bañaba sus mejillas flébil llanto, / el ¡ay! de la agonía era su canto, / y su albor el pesar triste y sombrío. / El Mediodía. / Yo lo miré…
Para hallarte esta noche las pupilas distantes, / he dominado cielos, altamares, y prados. / He deshecho el sollozo de los ecos perdidos… / tengo el hondo infinito jugando entre mis manos. / Siénteme la sonrisa.
¿Cómo cantar, cuando llorosa gime, / sin esperanza y sin amor, el alma; / y por doquiera, con horror, la oprime / de los sepulcros la siniestra calma? / ¿Cuando de los espíritus…
Esta ventana: / un haz sin envés, / un revés de la luz atrapada / entre cuatro paredes / de agua, / un vértigo petrificado / sobre el dosel de la mirada, / un espejo sin azogue, / un abismo horizontal, / una palabra.
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