
El 5 de octubre de 2024 don Raúl Serrano Sánchez se incorporó a la Academia Ecuatoriana de la Lengua en calidad de miembro correspondiente. En la ceremonia de recepción, don Julio Pazos Barrera, miembro numerario y, en ese tiempo, censor de la institución, pronunció el discurso de bienvenida que reproducimos a continuación.
IMAGEN LITERARIA DE RAÚL SERRANO SÁNCHEZ
Para desarrollar una nota sobre el estilo de narrar de Raúl Serrano Sánchez tomo, como ejemplo “Ritual al final del día”, texto del libro de cuentos Catálogo de ilusiones, (2006). El cuento lleva un epígrafe transcrito de la obra de Czeslaw Miloz: “Esta muerte que continúa, ahora, a tu lado”.
Se presenta un monólogo interior de un hombre que realiza una grabación del proceso de cortarse la oreja, delante de un espejo y para enviar la oreja a Liona. Durante todo el proceso se hacen constantes alusiones a la famosa oreja del pintor holandés Vincent Van Gogh. Al final del cuento, extremadamente ambiguo, aparece una mujer con el encargo de entregarle unas orejas. Esta, en términos de la narratología, la historia o fábula del corto cuento. Como se ve, comienza con la grabación que hace el hombre y termina con la “pausa” que hace de la grabación. Una historia literaria siempre tiene un comienzo y un final, según dice el eminente semiólogo Umberto Eco, sin embargo, parece ser que esta historia es sencilla simulación del acontecimiento que protagonizó el pintor Vincent Van Gogh.
Pero, ¿cómo es el argumento de este cuento? De hecho, no es lineal, puesto que no sabemos quién es el protagonista ni por qué piensa cortarse la oreja. No sabemos quién es Liona, ni cuál es la relación que une a ella con el protagonista.
Se trata de un narrador omnisciente neutro que actúa fuera del cuento. En ocasiones el narrador es protagonista. El corto relato, desde la perspectiva del argumento, incluye en su red un narrador testigo, un monólogo interior, un narrador de primera persona, un narrador protagonista y un narrador omnisciente editorial.
Este ejemplo tomado de Catálogo de ilusiones, es una muestra de la tesitura narrativa de Raúl Serrano Sánchez. El autor, con estas perspectivas narrativas se instala en las novedosas maneras de narrar del siglo XX que las iniciaron James Joyce, Marcel Proust y Franz Kafka, continuaron con la Noveau Roman francesa y se prolongaron con la narrativa del Boom Latinoamericano, novedad que se mantiene hasta la actualidad.
Comentaré, brevemente, un relato del libro de cuentos de Raúl Serrano, Lo que parecía nuestro (2016). Se trata de “Ese oscuro hotel de tu memoria”. Estoy frente a la narración omnisciente editorial. De comienzo a fin no cambia el punto de vista narrativo. De vez en cuando aparece la manipulación del tiempo narrado en forma de analepsis o retrospección. Todo el cuento es un recuerdo, es decir, la narración de un monólogo interior; este relato de narración omnisciente editorial se introduce con rayas, por ejemplo: “tal vez -piensa- o con paréntesis, como en este párrafo “lo contempló marcharse en medio de una muchedumbre que maldecía a los peruanos, escuchó (aún lo oye nítido) el vals que transmitía radio El Prado”.
Paso a ver la manipulación del tiempo, ¿cuál es la trama?: una señora se despierta en su habitación y mira las cosas que le rodean y observa, por la ventana, el estado del tiempo. Por último, la señora protagonista se dirige hacia el portón de la casa, lo abre para dejar pasar al médico y la enfermera; en el relato, es una cortísima prolepsis o anticipación. Este es el orden de los acontecimientos en la trama.
Pero, ¿Cuál es la fábula o historia? En la narratología es el orden de los sucesos reales. Se trata de un general que ha abandonado a su esposa para ir a la guerra motivada por la invasión peruana de 1941. Debido a la alusión a radio El Prado, se deduce que los acontecimientos relatados ocurrieron en Riobamba. La historia concluye con la visita del médico y la enfermera, a la señora, que se encuentra enferma.
Este corto relato se construye con un estilo llano. La lengua fluye de modo que el lector se aproxima al mundo narrado directamente. Es un ejemplo de realismo literario que recuerda los clásicos relatos de Juan Rulfo y de Gabriel García Márquez.
Hasta el momento Raúl Serrano ha publicado cuatro libros de cuentos: Los días enanos (1990), Las mujeres están locas por mí (1996), Catálogo de ilusiones (2006) y Lo que ayer parecía nuestro (2016).
Otra forma narrativa es la novela y Raúl Serrano Sánchez es autor de Un pianista entre la niebla, obra que mereció el premio único Ángel F. Rojas, del XVIII concurso nacional de literatura, Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo del Guayas, 2015. Transcribo unas líneas de la opinión de los jurados Jorge Dávila Vázquez, Clara Medina y Modesto Ponce Maldonado sobre la novela: “Así como el poder de sugerencia de una escritura que al tiempo que dice, crea en el lector múltiples resonancias. […]. Otros méritos de la obra son su capacidad para gestar las figuras femeninas que van de lo humano a lo simbólico, la fuerte presencia de lo onírico, la multiplicidad de historias que subyacen bajo el texto principal y el dominio de los tiempos del relato, hasta llegar a la atemporalidad”.
Esta ligera revisión de los textos de Raúl Serrano Sánchez reúne cuatro antologías: Manuela Sáenz, el tiempo me justificará (2010), Rondando a J.J. Tributo a Julio Jaramillo Laurido (2014); Cuerpo adentro. Historias desde el clóset (2013); Sólo ella se llama Marilyn Monroe. Relecturas de una diosa (2012).
Siempre hacer una antología es una empresa literaria de gran calibre. Leer los textos de quienes han escrito sobre tal o cual tema o personajes y seleccionar los de calidad y luego escribir un prólogo, si no erudito, por lo menos convincente, es una ardua tarea. Puedo decir que el prólogo redactado por Raúl Serrano de Sólo ella se llama Marilyn Monroe (Relecturas de una diosa)”, es rico en datos y alusiones, es preciso en sus valoraciones y muy serio en sus conclusiones. Las prosas seleccionadas, por los nombres de sus autores, son ya una garantía. Ellos son Jennie Carrasco Medina, Umberto Robles, Galo Alfredo Torres, Huilo Ruales Hualca, Modesto Ponce Maldonado, Fernando Nieto Cadena, David Ramírez Olearte, María Elena Barrera, Marcelo Báez Meza, Raúl Vallejo, Carlos Carrión, Byron Rodríguez Vásconez, David Andrade Aguirre, César Chávez, Jorge Dávila Vázquez, Raúl Serrano, Jorge Martillo Monserrate y Alex Schlenker.
Las voces líricas de la antología dedicada a Marilyn pertenecen a Carlos Eduardo Jaramillo, Iván Oñate, Aleyda Quevedo Rojas, Lucrecia Maldonado, Ramiro Oviedo, Cristóbal Zapata, Javier Sempértegui y Julio Pazos Barrera.
El horizonte literario de esta antología trae el recuerdo de la estrella y además el poema de Ernesto Cardenal, La oración por Marilyn Monroe, texto que se publicó en la revista El corno emplumado, fundada en 1962.
En 2014, Raúl Serrano Sánchez compuso la antología Rondando a J.J. Tributo a Julio Jaramillo Laurido. Los escritores seleccionados fueron Fernando Artieda, Raúl Pérez Torres, Jorge Velasco Mackenzie, Jorge Martillo Monserrate, Xavier Sempértigue, Fernando Nieto Cadena, Raúl Vallejo, Marcelo Báez Meza y Raúl Serrano Sánchez, el epílogo estuvo a cargo del novelista Jorge Velasco Mackenzie, fenecido.
En el prólogo, Serrano da cuenta del fenómeno Julio Jaramillo que le impulsó a componer la antología. Parece indicar que el éxito del cantante guayaquileño se debió a la necesidad de la clase social que en la década del cincuenta vivía en los alrededores de las ciudades principales del Ecuador. Serrano piensa que las canciones populares, ajenas a los efectos de la música clásica, configuran una suerte de protesta. Las canciones de Julio Jaramillo harían el contrapunto de los gustos musicales de una clase social alta.
Sin embargo, los límites son ambiguos, porque lo popular se entrelaza con la tradición, que es como una fogata encendida en el corazón de la mayoría. El grado máximo de lo popular se manifiesta en esta antología, en los textos de Fernando Artieda y Fernando Nieto Cadena escritos en un lenguaje lumpen con sorprendente simulación del ritmo callejero. En el caso de Fernando Artieda, tuve la oportunidad de escucharle la declamación de su poema en varios escenarios y en todos ellos, el auditorio respondía con frenéticos aplausos. Fernando Nieto Cadena trabajó mucho para captar el lenguaje de las esquinas de guayaquil. Los dos eran poetas instruidos y conocían el sitio que les correspondía en la lírica ecuatoriana, pues, con el poeta Umberto Vinueza, autor de Un gallinazo cantor bajo un sol de a perro, representan a la denominada antipoesía ecuatoriana, la misma que, en pocas palabras, en esos años, se oponía a la epigonal poesía romántica que aparecía en diarios y horas sociales de los colegios pensionados.
Una anécdota, que me parece refuerza la novedad de la antología de Serrano Sánchez, me incumbe: en 1954, cuando yo frisaba los diez años. El cantante Jaramillo se presentaría en el teatro del cantón. Miré su retrato en los carteles de propaganda. No asistí a la presentación. Al día siguiente, yo me desplazaba por la calle principal rumbo a la casa de mi tía Guillermina. De pronto, oí a un hombre que despotricaba con palabras sonoramente soeces, era Julio Jaramillo de 23 años, que según entendí no recibía el pago del empresario y se encontraba sumamente disgustado. Jaramillo debía, apresuradamente, viajar al Puyo para cantar allí.
Yo no me entusiasmaba con las canciones de Jaramillo. Mi instrucción musical la recibía del hermano Domingo de la Orden de Predicadores. El hermano ensayaba en un melodio colocado en el presbiterio de la basílica y tocaba para mí la sonata Claro de Luna de Beethoven y el Nocturno Nro. 50 de Chopin.
En los años de frenética adolescencia, oía en las rocolas canciones de Julio Jaramillo, Olimpo Cárdenas y me aficioné de sus canciones porque insistían en el amor trágico. Tomé luego gusto por las canciones de Carlota Jaramillo.
En 1977 que asistí a un festival de música popular en Quito, en el coliseo Hidalgo. Se presentó Jaramillo, enfermo y con problemas, puesto que se olvidaba los versos de las canciones. La gente embriagada pifiaba al cantante. Poco después falleció en Guayaquil, pero, para entonces era ya parte de la tradición ecuatoriana.
Cuerpo adentro: historias del clóset, es una antología, se diría, de intención agresiva, dados los significados de los relatos. Serrano Sánchez, edita la antología de obras literarias L.G.B.I, desde luego que todos los relatos son independientes de la orientación sexual de los autores. Dicho de otro modo, todos los textos se constituyen como obras de arte. Los significados pueden mortificar la sensibilidad de los lectores porque dan lugar a múltiples apreciaciones y comentarios. La interesante antología se inicia con el relato Un hombre muerto a puntapiés de nuestro gran escritor Pablo Palacio.
Otro capítulo corresponde a los ensayos escritos por Raúl Serrano Sánchez. Aunque a vuelo de pluma, me referiré a los trabajos de investigación con temas importantes de la literatura ecuatoriana. Estos son: Pedro Jorge Vera, Los amigos y los años (Correspondencia, 1930-1980); Jorge Dávila Vázquez ¡A escena! (Cinco piezas teatrales); Humberto Salvador. “Paranoia” y cuentos vanguardistas y Humberto Salvador.
Interesan estos ensayos porque descubren documentos inéditos, es el caso de Pedro Jorge Vera; develan el arte dramático, caso Jorge Dávila Vázquez y porque valoran la producción del novelista Humberto Salvador, poco conocida por los lectores en general. Fuente clara es una novela escrita en 1946, ambientada en Baños de Agua Santa.
En el prólogo se dice que el padrino del primer matrimonio de Pedro Jorge Vera fue José María Velasco Ibarra y que, en 1944, Vera fue secretario del Congreso Nacional, en ese entonces muy afín a Velasco Ibarra. Por cierto, en el proceso electoral que culminó con el tercer gobierno de Velasco Ibarra, este político dio la espalda al movimiento izquierdista. Pedro Jorge Vera junto con Alejandro Carrión fundaron la revista La Calle y posteriormente, en 1960, la revista Mañana, medios rotundamente opositores a Velasco Ibarra. El ensayo de Serrano Sánchez estudia el epistolario de Vera con Carrión. A partir de 1958, Vera se declaró defensor de la Revolución Cubana. En 1970, Velasco Ibarra ordenó el encarcelamiento de Vera. En 1976 Vera publicó la novela El pueblo soy yo y un individuo que se identificó con un personaje agredió a Vera en una recepción ofrecida en el hotel Colón. Los caminos se bifurcan, ocurrió que Alejandro Carrión viró a la derecha y recibió el Premio Nacional Espejo de manos del autoritario derechista León Febres Cordero. Pedro Jorge Vera y Ángel F. Rojas cierran el relato del realismo social ecuatoriano.
Del año 2013 data un libro de ensayos editados por Alicia Ortega y Serrano Sánchez, es una excelente antología que reúne relatos de “Vanguardia y modernidad” de la literatura ecuatoriana.
Realizada esta somera revisión de la obra literaria de Raúl Serrano Sánchez, considero que su obra es un valioso aporte a la literatura del Ecuador, pues, proyecta una imagen de autores y temas útiles para investigadores y creadores. El método utilizado es es el recomendado por la especialidad universitaria. Los trabajos de Serrano, además, contribuyen a enriquecer la historia de la literatura ecuatoriana.
Raúl Serrano Sánchez posee una prosa clara y precisa, sobre todo en los ensayos y los prólogos. En cuanto a las obras de creación narrativa, se observa que Raúl Serrano Sánchez cultiva los recursos estilísticos con la libertad que, en las últimas décadas, ejercen los autores y no con dictados de tal o cual tendencia ajena a la literatura, en otras palabras, los recursos provienen del arsenal literario que se origina en el BOOM hispanoamericano y en escritores extranjeros preferidos por Serrano.
Bienvenido Raúl Serrano Sánchez a la Academia Ecuatoriana de la Lengua, creada hace ciento cincuenta años, es la segunda de América, después de la colombiana.
Gracias.
Quito, 5 de octubre de 2024
Julio Pazos Barrera
Miembro de número y censor de la Academia Ecuatoriana de la Lengua.