Discurso de don Simón Espinosa en la incorporación de don José María Sanz en calidad de miembro correspondiente

El pasado 21 de septiembre de 2024 don José María Sanz Acera se incorporó a la academia en calidad de miembro correspondiente. El discurso de bienvenida estuvo a cargo de don Simón Espinosa Cordero. Lo compartimos aquí para ustedes:

El pasado 21 de septiembre de 2024 don José María Sanz Acera se incorporó a la academia en calidad de miembro correspondiente. El discurso de bienvenida estuvo a cargo de don Simón Espinosa Cordero. Lo compartimos aquí para ustedes:

Gracias a la vida por darme el placer de recibir al nuevo académico de la lengua, don José María Sanz Acera, español-ecuatoriano, nacido en Donostia / San Sebastián, España, aunque su corazón lata por Castilla la Vieja y por el padre jesuita Aurelio Espinosa Pólit, humanista y fundador de la Biblioteca Ecuatoriana.

José María Sanz Acera: Filólogo clásico y bíblico. Magíster en Culturas e Historia de las literaturas clásicas y de la literatura ecuatoriana. Experto en lenguas (español, latín, griego, hebreo, francés, italiano, inglés). Domina la red como un gladiador romano. Y siempre está dispuesto a ayudar a los demás. “El amor es paciente y bondadoso, no tiene envidia ni arrogancia”. [I Corintios, 13 4].

Trabajó como investigador en la mentada biblioteca y encontró nuevos manuscritos del padre Espinosa Polit, no publicados, y desconocidos por los propios jesuitas. Supuestamente, el gobierno ecuatoriano no había pagado la asignación a la Biblioteca. El director de ella, por medio de una empleada, le comunicó que el trabajo de José María había terminado. Los huesos de San Ignacio de Loyola habrán crujido en la iglesia del Gesù en Roma.

Don Alejandro Casares, bibliotecario de nuestra academia, está siempre dispuesto a solucionar los problemas de navegación en la red. Le pedí que enviara el currículum vitae de José María Sanz Acera a los académicos de número, por tratarse de un documento extenso e interesante. De aquí me referiré a él como José María. Puede decir con Jorge Carrera Andrade: “Soy una sombra en el muro, pero la sombra de un árbol, constelado de frutos”; empero dice: “De mí mismo, diré muy poco. Nací en España en 1966; mi patria espiritual es Castilla La Vieja. Siempre me he dedicado a cosas inútiles, pero más humanas”.

He aquí algunas de sus crónicas:

Nuestra patria vista desde Europa (2024). / Cito a José María:

“El miércoles 31 de enero de 2024, tras que me echaran de una manera filibustera de mi trabajo en una importante institución cultural quiteña, Los huesos de San Ignacio de Loyola habrán crujido en la iglesia del Gesù en Roma.

Decidí hacer un alto en mi patética vida de mitayo para visitar mi país de origen ―entre el 17 de febrero y el 7 de abril― y saludar a mi padre, a quien no había visto en casi once años de ausencia de la Hija de Yago; y, por dar que pensar, me animé a narrar en esta crónica cuanto veía, cuanto añoraba. Se incluye en mi libro “Del lado shungo de la pambamesa[1].

Cita del Telégrafo: La pambamesa, una tradición ancestral que sigue vigente.

La pambamesa es un acto para compartir la comida que se ofrece sobre todo en festividades ancestrales, como el Inti Raymi. Esta celebración invita a grandes y a chicos a compartir la mesa y los productos que todos trajeron, suele estar compuesta principalmente por bienes de la serranía como: haba, papa, melloco, oca, mashua, fréjol, calabaza, choclo y cualquier tipo de carne, aunque las más utilizadas suelen ser las de cuy, cerdo, borrego y res. Lo más bonito de este acto es que tanto hombres, mujeres, jóvenes y niños participan de su realización. Cuando se trata de mingas se arman comisiones que deben ocuparse de uno de los ingredientes del platillo ancestral, que se sirve sobre manteles en el piso, y a cuyo alrededor se colocan los comensales, quienes comparten espacios en un ambiente de unidad y camaradería[2].

Tres miradas sobre arte, enseñanza y vida interior (2016) / Officina tabellaria (la especie deatomea del género Tabellaria que proliferó en el lago de Sanabria en los años 2012-13) / Retratoteca de José, Testamento (2024) / Fe de vida (2019) / Nuestra patria vista desde Europa (2024) / Clásicos y libertad (2024) / Lo que quise transmitir el día de mi ordenación (2008) / Cuarenta y cinco miradas a lo muerto (1998-2024) / Rura tenent (2023) / «Parece que…» / ¿A qué se dedican los curas de pueblo en la Castilla Vieja? (2012-2013) / La última linde. Un cura rural recorre el Evangelio (2021) / Seis miradas a los clásicos ecuatorianos (2022) / Carta de José al Papa Francisco (2015) / El potencial económico del español (2015) / Eneas en Quito (2021) / Hablar de los árabes… con respeto (2016) / Interpretación del libro antiguo (2017) / Un descubrimiento dantesco y aureliano sensacional (2021) / Un heroinómano de nuestras letras: Gustavo Salazar Calle (2021) / «Sin nación española la monarquía estaría de más» (2018) / «Nuestra fuerza es nuestra diversidad» (2018) / La India: números del país de los números (2018) / Cotacachi: mi tierra, tu paisaje (2018) / El síndrome de Bolívar (2021) / En el tercer cumpleaños de mi ñatita (2012) / Apostillas chullas a un clásico del siglo XX (2017) / Celebración que bulle y desbarata (2020) / El moco de Satanasa / Vindicación de lo friki («toda persona que practica desmesurada y obsesivamente una afición» / A la espera de la catástrofe (2021) / Olentzero «borroka» (1989) / La dichosa matrícula (1994).

Para muestra, he leído esos botones de una sabiduría siempre florecida. Don José Sanz, Bienvenido a la Academia Ecuatoriana de la Lengua.

Alégrate, Academia, madre nuestra, porque José es editor de primera, un gran corrector de pruebas sobre todo técnicas o difíciles, ¡un consejero cuando se trate de humanidades clásicas! Y de edición de libros, un historiador del Mediterráneo antiguo y una excelente persona muy cooperativa.

***

Conocí al padre Aurelio el lunes 9 de septiembre de 1946 a las 11 de la mañana. Fue uno de mis dos examinadores para ver si yo era apto para la Compañía de Jesús.
Me dijo que había estado varias veces en Cuenca. ¿Cómo se llama su abuelito materno?
—Octavio Cordero Palacios.
Se estremeció y soltó algo violento: “Él mató a Virgilio” Me puse rojo, rojo, rojo.
Cuando su abuelo enseñaba la Eneida, quitaba el hipérbaton y ponía el latín de los versos en el orden sintáctico del español, para que los alumnos entendieran la lectura. ¡Criminal!
Me quedé callado.
—¿Vive su abuelita materna?
—Sí, padre.
¿En qué año murió el abuelo?
—El 17 de diciembre de 1930 a los sesenta de edad.
Espéreme un momento.
Abrió un archivador y sacó tres papeletas cuadriculadas. Me las leyó. En síntesis, decían: Cuando estaba por morir pidió que le trajeran el Santo Viatico solemnemente, bajo palio. Pidió le pusieran en el suelo. Comulgó. Pidió perdón a sus enemigos, aunque no los tengo. Y cantando el himno nacional, expiró.
—Cópielas. Mándeselas a su abuelita y me las devuelve.
—Gracias, padre Aurelio.
Y respiré tranquilo. Tomó un folleto de la Casa de la Cultura de Cuenca y me leyó un poema.
—Esto —me dijo con ironía— puede leerse de abajo para arriba o de arriba para bajo, lo firma Jacinto Cordero Espinosa. ¿Lo conoce? —preguntó.
—Sí, padre. Es mi primo hermano, nieto del presidente Luis Cordero Crespo.
Yo vi cómo lo escribió.
Pasábamos vacaciones en Charcay. Jacinto, dos años mayor que yo, bajaba al río Cañar, se acostaba en la yerba, leía un grueso volumen de citas de Goethe, olía la yerba, cerraba los ojos y espantaba a las mariposas.
El padre Aurelio me dijo:
Prepárese, que el 12 de setiembre, día del Dulce nombre de María, vestirá la sotana.
Sali contento.
Jacinto Cordero Espinosa murió el 2018, y es considerado un gran poeta, seco, hondo, metálico, nunca charlatán o barato. El padre Aurelio se equivocó. “Aliquando bonus dormitat Homerus”. Alguna vez incluso el bueno de Homero se duerme (Horacio).

Se levantaba a las cuatro y media de la mañana, celebraba con suma devoción la santa misa en la capilla del noviciado. Para él, era el centro de su vida. Hacía una hora de oración más el consabido examen de la oración, desayunaba un gran tazón de leche con tintura de café y dos panes, una naranja cortada en cuatro partes o un guineo y a las siete y media empezaban las clases. Asistí a ellas en el año académico septiembre fines de junio. Vimos los cuatro primeros libros de la Eneida y Las Traquinias de Sófocles. Latín y griego, respectivamente.

Daré una breve visión del libro cuarto y luego les confiaré las reacciones afectivas que ardieron en mi corazón y lo estrujaron. Al final leeré una carta desconocida del padre Aurelio.

En el libro primero, se presenta el poeta y anuncia el tema de su epopeya: la fundación de Roma. Tantae molis erat Romanam condere gentem. Qué esfuerzo tan grande y penoso el fundar la nación romana. La diosa Juno intenta hundir la flota troyana. Los náufragos llegan a Cartago gobernada por la reina Dido. Alegre banquete ofrecido a los troyanos por la reina. Son 756 versos en hexámetros dactílicos.

En el segundo libro, Dido pide a Eneas que narre la caída de Troya. Eneas le responde: “Infadum, regina, jubes renovare dolorem”. Me pides, reina, revivir una pena indecible. Comienza el recuento tristede la gran tragedia que conmueve a todos: la caída de Toya.

En el tercer libro, Eneas prosigue el relato. Troya está acabada. Por la noche, Eneas sueña que los dioses protectores le ordenan ir a Italia. Termina con Sic pater AEneas intentibus ómnibus unus/ fata renarrabat divom cursusque docebat. Conticuit tándem factoque hic fine quievit. Versos 716, 717 y 718. 718 versos. Así el gran Eneas, único objeto de la atención de todos / volvía a narrar los designios de los dioses y recontaba sus cursos. En fin, se calló y, se fue a descansar.

En el cuarto Libro, por obra y gracia de Venus, Dido se enamora perdidamente de Eneas. Confiesa a su hermana Ana que Eneas es el único hombre que la ha conmovido desde la muerte de su propio esposo Siqueo. Ana lo alienta. Está loca de amor y deambula por la ciudad como una cierva herida por una flecha.

Juno observa que se ha detenido la construcción de la ciudad. Esta circunstancia le ofrece un pretexto para proponer un trato a Venus.

Juno ama a Cartago y odia una futura Roma poderosa. Venus protege la misión de Eneas. Juno: “¿Por qué no acordar, mejor, eterna tregua con el pacto de un himeneo? / ¿Tienes ya lo que buscaste con todas tus ganas/: arde ya una Dido enamorada y corre por sus huesos la locura./ Gobernemos, pues, sobre un pueblo común y con auspicios” [Libro 4, versos 100-103].

Las dos deberán organizar una partida de caza para el día siguiente en la que Dido y Eneas serán unidos en divino matrimonio. Venus lo acepta, aunque sepa que Júpiter no estará de acuerdo.

Amanece y se preparan para salir de caza. Dido se viste de cazadora. La estampa de Eneas luce como la de Apoloría. Una tormenta, provocada por Juno los empapa mientras cabalgan. Hay espesa niebla. Eneas y Dido se refugian en la misma cueva. Juno arrecia la tormenta con rayos y truenos y las ninfas cantaban mientras los dos hacen el amor en la cueva. Dido piensa que esto significa matrimonio, pero no se lo dice a Eneas.

Júpiter ordena a Mercurio se dirija a Eneas y le diga que debe seguir su destino. [Libro 4, líneas 265-266]. Mercurio repite a Eneas la orden de ir a Italia, lugar para él predestinado. Eneas arguye con su preocupación de dejar a Dido. Mercurio le ordena que, en silencio, prepare la flota.

Eneas espera el momento oportuno para decírselo a Dido, pero la diosa de los Rumores esparce el chisme. Dido entra. Se acerca a Eneas y le pregunta cómo pretendía esconder esa traición. Le suplica quedarse. Su último intento desesperado es proponerle si al menos pudiera tener un hijo suyo para recordarlo…

Eneas siente el destino, se ve como una montaña maltratada por los vientos. Eneas gime mientras arregla la flota. Dido se prepara para el suicido.

Cuando amanece Eneas despierta a sus hombres y rema mar adentro. Dido se levanta y no ve a nadie en la costa. Ordena a una nodriza que prepare con Ana la ceremonia. Sube a la pira, saca una espada, reza a los dioses, les hace un recuento de los hechos, alega que ella morirá sin ser vengada mientras empuja contra su pecho la espada suicida[3].

Iris, pues, desplegando en los cielos sus alas, / húmedas de rocío, que tiñe el opuesto sol de mil varios colores/, se para sobre la cabeza de la Reina:/ «Cumpliendo con el mandato que he recibido, llevo este sacrificio a Dite y te desligo de este cuerpo.»/ Dice así y corta el cabello con la diestra; / disípase al punto el calor, y la vida se desvanece en los aires[4].

Dicen que el libro cuarto estaba prohibido de ser preleído por las autoridades de la Compañía. El padre Aurelio consiguió un permiso para prelerlo. No sé si fue prohibido.

En las prelecciones del libro cuarto de la Eneida, el padre Aurelio explicaba, en clase, alrededor de unos 75 versos. Había poder y energía, suavidad y encanto. Dedicaba más tiempo a los versos claves, siempre señalaba en el aula la finalidad del libro: fundar Roma, bajo el mando del piadoso Eneas. Y la finalidad para nosotros, ayuda en la formación de una mente más humana, más humilde, más generosa. Las clases eran potentes, suaves y encantadoras

Potentes, con buena voz y claridad de pensamiento. Muchos años después leí la novela de Saramago El Evangelio según Jesucristo. [1965]. Cuando el autor portugués narraba la Anunciación del ángel Gabriel a María en el mes sexto mes de embarazo, el poder del texto sonaba a viento de 80 km, a trascendencia conmovedora, envuelta en un aire gris doloroso. Algo así eran las clases del padre Aurelio en los momentos claves del texto.

Suaves y encantadoras, pues se hacía entender con sus gestos, con sus movimientos en el estrado: ya de puntillas, ya imitando a las abejas, ya agachándose, ya contando anécdotas de la vida real, ya de quiteños y chagras, ya de la literatura inglesa y francesa, ya de la vida jesuita y personas que en ella habían vivido, amistad con unos, mediocridad en otros, ya mártires con suerte, ya experiencias de su pasado. Y a veces, evidentemente triste y melancólico, pero siempre esforzado y trabajador. Todo esto pese a un temperamento vivo, sanguíneo y a momentos de enojo, controlado.

Libro Cuarto

Breviter para no cansar.

El más importante de la Eneida en la formación del carácter del tímido Eneas. Dido, reina, joven viuda, luego de oír de labios de Eneas, la destrucción de Troya (Nagasaki, Hirioshima), la huida necesaria de Eneas con parte de su pueblo sin saber adónde, la antipatía de la caprichosa Juno contra los troyanos, la buena recepción de reina que pregunta a Eneas que le cuente toda la historia de la caída. Dido es flechada por el dios Cupido, mero instrumento de Venus, protectora de Eneas cuyo destino es Roma. El escritor inglés y católico Graham Greene dice en una de sus novelas que muchos adulterios se cometen por misericordia. Dido no es adúltera, pero sí misericordiosa. El amor con Eneas en la caverna es para ella un matrimonio con Eneas. Este, piadoso siempre, está por ceder; pero el omnipotente Júpiter quiere que funde Roma. Se aleja la barca. Dido se suicida. El padre Aurelio llora, pero qué gran ejemplo de perseverar para los jóvenes de 18 a 20 años, que vienen del brutal mes de Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola en octubre de 1946, y de una semana de estos en septiembre de 1947, 1948, 1949. En sus meditaciones, la Virgen María y Dido se confunden. Las letras deberían ser estudiadas al final de la carrera de estudios, después de teología y la ordenación sacerdotal, porque Eneas y Sófocles son un alimento pesado.

Además, Aurelio Espinosa se daba tiempo para el apostolado. Vamos a reproducir la siguiente carta, tomada de José Jouanen, S. J. Historia de la Compañía de Jesús en la República del Ecuador. 1850-1950 Edición preparada y completa por Jorge Villalba F., S. J. Quito 2003.

«R. P. Vice – Provincial – Quito, 12 de abril de 1932

El 14 del mes pasado emprendí mi tercer viaje a Cuenca.

Hará unos cuatro o cinco años que el R. Hermano Herberto, Visitador de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, viene organizando Ejercicios para los jóvenes del Colegio Nacional y de la Universidad; obra de verdadera trascendencia: pues sin ellos es probable que la mayor parte de esos jóvenes se quedaría sin sacramentos.

El viaje fue bastante penoso por el estado a que tienen reducida la línea férrea las lluvias excepcionales de este año: El trayecto de Sibambe al Tambo, de 70 kilómetros, nos llevó 12 horas cabales, de 12 del día a 12 de la noche. Tuvimos que hacer cinco transbordos por deslaves y derrumbes; y gran parte del camino lo realizamos en plataformas, de las que se usan para el transporte de los trabajadores de la vía a Cañar, que era el término de la segunda jornada, no llegamos sino a las 2 y media de la mañana. Al día siguiente cinco horas a caballo nos llevaron a Biblián; y hora y media de automóvil a Cuenca.

A la tanda que di el año pasado asistieron 250 jóvenes. Este año llegaron a 450, pero en la concurrencia había muchos caballeros. Es de notar que simultáneamente se daban ejercicios en otras iglesias de la ciudad.

El fruto de los Ejercicios fue muy consolador. En la Comunión general comulgaron más de 300; y aquel mismo día firmaron 50 jóvenes el compromiso de comulgar semanalmente. Del Colegio Nacional casi puede decirse que cumplió en masa con el precepto pascual. Pues me aseguraron que no pasarían de unos 15 los que faltaron. Y, entre los hombres, lo mismo que el año pasado, hubo varias vueltas a Dios de muchos años.

No me es fácil ponderar a V.R. el respeto y la estimación que hay en Cuenca para la Compañía de Jesús. Hace más de 40 años que salió de la ciudad; pero su recuerdo está muy vivo en ella. Los grandes hombres de Cuenca de la generación que se va, verdaderas glorias nacionales, como Crespo Toral, Rafael Arizaga, Muñoz Vernaza, han sido discípulos de la Compañía; y se glorían de ello. Los últimos jesuitas que hubo en Cuenca, especialmente el Padre Franco, han dejado fama de verdaderos sabios y verdaderos santos…

La voluntad que aquí se tiene a la Compañía es cosa que salta a la vista; unos dan muestras más exteriores, otros menos; pero el ansia de ver a la Compañía aquí es de todos. Hay un grupo de sacerdotes, otro de caballeros, y otro de señoras que están dispuestos a hacer verdaderos sacrificios por nosotros.

Por otra parte, la conveniencia para la Gloria de Dios de una fundación aquí parece evidente. Todos los que piensan un poco claman por la juventud que se está perdiendo. Un colegio es el anhelo común.

El lunes de Pascua emprendí el regreso. Mas la vía Tambo Sibambe estaba completamente interrumpida. Hecha la primera jornada hasta Cañar, no hubo más remedio que lanzarse al monte. Había para escoger tres caminos, a cada cual peor: los de Huigra, o de Chunchi, llenos de tembladeras verdaderamente peligrosas; y el del Azuay, más firme, pero temible por la distancia. Me resolví por éste.

Dicha la Santa misa a las 2 de la mañana, montaba a caballo a las 3 y media, para no desmontar sino a las 6 de la noche.

De Cañar se pasa primero al Tambo, desde donde en unas dos horas se sube al páramo, estepa empantanada en muchos sitios, y barrida por vientos helados. Se tarda más de cuatro horas en recorrerla; más otra hora desde el valle de Culebrillas hasta el pie del Azuay.

Este se levanta como una pirámide que hay que trepar por verdaderos escalones de roca. En la cumbre (4.445 metros) estábamos al medio día. Pero quedaba lo peor, que era bajar en cosa de seis horas, unos dos mil metros hasta Guasuntos.

Con el pensamiento de haber contribuido a la ayuda espiritual de la juventud de Cuenca, tan necesaria por la falta de un colegio católico, volví alegre a esta casa, a emprender animosamente el trimestre que nos queda de curso.

Aurelio Espinosa P. S. J.» (A. S. J. Q.).

Simón Espinosa Cordero, 21 de septiembre de 2024.


[1] https://syllabaincarmine.wordpress.com/nuestra-patria-vista-desde-europa-2024/

[2] El Telégrafo, https://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/regional/1/pambamesa-tradicion-ancestral, febrero 4 de 2009.

[3] https://www.gradesaver.com/la-eneida/guia-de-estudio/summary-de-libro-4, consultado el domingo 8 de septiembre de 2024 a las 17:15 horas.

[4] https://personal.us.es/apvega/apvega/verg_aen_4.htm consultado el 12 de septiembre de 2024.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*