Traficante de fantasmas
las dos arquitecturas de mis manos ningún espacio
orientan
¿llegué o no vine, un viaje, un sueño?
una mezcla de piedra en pozo de alarido
vértigo de relámpago sobre la superficie rallada
de un espejo,
idea,
bostezo que fusila un galope
aventura que suma su circunvalación hacia un proyecto,
un puñado de tiempo.
Pienso sólo en preguntas
soy alquimia que hierve experiencias sin límite
ventana, panoramas de distancia,
sed,
tal vez un pie desnudo por una geografía que se volatiliza.
complejo que adelgaza su acero entre dos gritos
—nacimiento y naufragio—
Fuente: RAQUEL VERDESOTO DE ROMO DÁVILA, Sin mandamientos. Quito : La Palabra Editores, 2010. P. 63.