«Theo», por don Marco Antonio Rodríguez
Nací artista, me dice Theo Constante, con ese desenfado que signa el humor tropical. Habla sobre su arte, en su taller, agitando sus manos como si atraparan la luz, uno de los núcleos cardinales de su obra…
Nací artista, me dice Theo Constante, con ese desenfado que signa el humor tropical. Habla sobre su arte, en su taller, agitando sus manos como si atraparan la luz, uno de los núcleos cardinales de su obra…
“Desde la mañana, delante de los libros acumulados sobre mi mesa, le hago al dios de la lectura mi plegaria de lector insaciable: Nuestra hambre cotidiana dánosla hoy’. Esta invocación de Gastón Bachelard…
Junto a La Capilla del Hombre, el día que murió Guayasamín —proseguían excavaciones y trabajos—, se descubrieron tumbas de nuestros ancestros que, acaso, vinieron a acompañarlo en su último viaje…
El apremio por develar los enigmas cautivos en las propuestas qué es y para qué sirve la literatura ha originado asedios y respuestas cuya profundidad borran las facilistas definiciones de las viejas retóricas.
Academia Ecuatoriana de la Lengua ©2017-2024