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El emblema de la Academia Ecuatoriana de la Lengua

La Academia Ecuatoriana de la Lengua fue establecida el 15 de octubre de 1874, en el gobierno de Gabriel García Moreno; fue la segunda Academia de la Lengua constituida en América, después de la erección de la colombiana en 1871.

El emblema de nuestra Academia, a imitación del modelo de la Real Academia Española, es un crisol puesto al fuego; al pie figuran las iniciales E.R., que corresponden a la autora del grabado, Emilia Ribadeneira. Los estudiosos de la vida de doña Emilia afirman que García Moreno fue mecenas de la grabadora; y recordemos asimismo que ella fue quien buriló en 1864 la primera serie del sello postal en nuestro país, a los 25 años de edad.

La razón de emplear la imagen del crisol para simbolizar la labor de las Academias de la Lengua es la siguiente: en sus inicios las Academias se imponían la misión de preservar la pureza acrisolada del idioma, y de ahí el lema tradicional de la RAE de «limpia, fija y da esplendor». En nuestros días el propósito ha cambiado ―hoy la meta primordial de las 23 Academias de la Lengua Española es asegurar la unidad del idioma estándar―, pero la imagen del crisol se ha mantenido. Se trata, por cierto, de una metáfora muy antigua, profusamente utilizada ya en el Antiguo Testamento, donde, para resaltar la pureza e integridad de algo ―la Palabra de Dios, por ejemplo―, se dice que es «como plata limpia de ganga, refinada siete veces» (Sal 12, 6; cf. Job 23, 10; Pr 17, 3; Is 48, 10; Zac 13, 8-9).

José María Sanz Acera
Quito, enero de 2024