«El condenado a muerte y el fantasma piadoso», por don Bruno Sáenz Andrade
La historia llegó con un sueño. Con un sueño y las divagaciones del durmiente reacio a someterse a la lucidez de la vigilia. Trajo reminiscencias de relatos fantásticos, de tradiciones coloniales. No le faltaron al telar nocturno las mordeduras de polilla…