«Eduardo X Arroyo», por don Marco Antonio Rodríguez
Eduardo estudió con ahínco la luz hasta volverla leitmotiv de su arte. Luz obnubilante, seductiva, la conjuga con sus alucinaciones y euforias, con sus derrotas y levantamientos…
Eduardo estudió con ahínco la luz hasta volverla leitmotiv de su arte. Luz obnubilante, seductiva, la conjuga con sus alucinaciones y euforias, con sus derrotas y levantamientos…
Ya se alivia el alma mía / trémula y amarilla; / ya recibe la unción apasionada / de tu mano… Y la fría / rigidez de mi frente / dulcemente entibiada / ya se siente… / Yo no sé si mi mal indefinido / se decolora o se desviste…
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