El hermano Anselmo trabaja en el jardín, sin muchas esperanzas. Es el principio de octubre y el otoño comienza a dorar las hojas, pero sus flores no se comportan como en primavera…
Llego como llegué, solitaria, asustada, / a la puerta de calle de madera encerada. / Abro la puerta y entro, silenciosa, entre alfombras. / Los muros y los muebles me asustan con sus sombras. / Subo los escalones de mármol amarillo, / con reflejos rosados…