Supe apenada que Miguel Ángel Bastenier había muerto; que yo misma leía un trabajo de alguien que ya no estaba, cuyas preocupaciones legítimas, cuyos sueños de gran periodista…
Lo he buscado en la rosa sublime de los cielos, / en el sol de las albas y en los nocturnos soles, / en los sutiles éteres de las brumosas nébulas, / en el girante pecho de la tierra nutricia, / en el arco sombrío de la curvada nube…