El simposio «La Academia Ecuatoriana y el Estado nacional», organizado por la corporación y la Universidad Andina Simón Bolívar se llevó a cabo los días 15 y 16 de abril de 2025. Compartimos con ustedes la ponencia que don Julio Pazos Barrera preparó para la ocasión.

Para una semblanza de Juan León Mera Martínez
Aproximaciones
Juan León Mera nació en Ambato, el 28 de junio de 1832. Sus progenitores fueron Pedro Mera y Josefa Martínez Vásconez. El padre abandonó el hogar, la madre con el niño fueron acogidos por María Juana Vásconez, abuela materna.
La familia se trasladó a la quinta de Atocha, distante del centro de la ciudad y en ella educaron a Juan León con la colaboración del tío Nicolás Martínez, estudioso del derecho, graduado en la Universidad Central del Ecuador. Durante las vacaciones tomaba a su cargo a Juan León para instruirlo.
El joven Mera manifestó gran habilidad para el dibujo. Se sabe que una colección de sus dibujos fue adquirida por una familia chilena. Posteriormente viajó a Quito para tomar clases de pintura en el taller de Antonio Salas. Algunas obras de Mera las conserva el Municipio de Ambato. Un álbum de tintas y acuarelas fue donado al doctor Jorge Jácome, exdirector de la Casa de Montalvo —desafortunadamente, ha desaparecido y solo se conocen dos o tres fotografías de esos materiales—. Más tarde, Mera escribió una semblanza del pintor Miguel de Santiago, nota que fue utilizada por su amigo Ricardo Palma para su leyenda en Tradiciones Peruanas.
Juan Montalvo y Juan León Mera fueron amigos momentáneos, quizá por medio de cartas y de otras personas. Se advierte esta relación en el epistolario de Pedro Fermín Cevallos, que comenta el retorno de Montalvo de Francia, apoyado en muletas, debido al reumatismo que padeció. Mas, también se conoce, por las cartas de Cevallos, que Mera y Montalvo se pelearon en el puente de Atocha. Según carta del historiador, Mera quedó maltrecho. Conste que Cevallos instruyó al joven ambateño en cuestiones gramaticales, recomendó lecturas y por último fue padrino de uno de los hijos de Mera.
El escritor ambateño, en 1862, contrajo matrimonio con Rosario Iturralde Anda y el matrimonio procreó 13 hijos, uno de ellos falleció a los pocos días de nacido. Su hijo Juan León Mera Iturralde descolló como pintor y su obra fue reproducida en libro por el genealogista Fernando Jurado Noboa. De igual modo, Eugenia Mera de Navarro fue notable pintora, algunas de sus obras se exhiben en el museo Jacinto Jijón y Caamaño de la PUCE.
Múltiples fueron los cargos desempeñados por Mera: administrador de Correos de Ambato, miembro del consejo académico de instrucción pública de la provincia de Tungurahua, secretario de la Cámara del Senado, subsecretario del Ministerio de lo Interior y de Relaciones Exteriores, senador principal por la provincia de Tungurahua, redactor del periódico oficial, gobernador de la Provincia de Tungurahua, ministro del tribunal de cuentas, presidente de la Cámara del Senado.
Muchas fueron las distinciones que mereció. En 1872 fue elegido miembro correspondiente de la Real Academia Española. El 4 de mayo de 1875 no asistió a la sesión inaugural de la Academia Ecuatoriana de la Lengua, pero envió una carta para que se la leyera durante la sesión inaugural.
Comentaremos del modo más sintético los libros del autor ambateño. Por cierto, no de todos. En La leyenda de la Virgen del Sol, el prólogo es una declaración de algunos principios románticos, a saber, aventura amorosa trágica, en el marco de una naturaleza imponente. El personaje Rumiñahui es presentado como salvaje líder indígena. No así, la presencia de un sacerdote católico que bendice el matrimonio de la pareja protagonista; se quiere decir que la religión católica, impuesta por los conquistadores, traía la felicidad.
En 1873 presentó el libro Obras selectas de la célebre monja de México Sor Juana Inés de la Cruz, precedidas de su biografía y juicio crítico sobre todas sus producciones. Se podría pensar que esta obra es única, puesto que se dio poca importancia a Sor Juana, la décima musa, en el siglo XIX, en los países americanos.
Hemos oído que Mazorra fue un cruel hacendado de Yataquí, lugar próximo al río Patate y que debido al maltrato que dio a un sacerdote que pedía limosna, recibió castigo. Un terremoto acabó con su vida y la de su familia. Mazorra es el nombre de una leyenda escrita en verso, en 1873. La trama se fundamenta en el personaje histórico, Baltazar Carriedo, corregidor de Latacunga, quien administró el obraje de los jesuitas San Ildefonso situado en el valle del río Patate, la compra fue posterior a la expulsión de los jesuitas en 1767.
Cumandá o un drama entre salvajes es la obra más conocida del autor del himno nacional. Esta novela data del año 1879. La crítica ha reconocido en ella los requisitos del romanticismo, a saber, el tema del salvaje, la fuerza de la naturaleza, la tragedia del amor, los misteriosos designios de Dios. En todo caso, la muerte impide la consumación del pecado del incesto.
En el año 1868 Mera escribió la Ojeada histórico-crítica de la poesía ecuatoriana, desde su época más remota hasta nuestros días; publicó su obra en la imprenta de Juan Pablo Sanz. La Ojeada contiene el programa romántico de Mera, de por sí contradictorio. La originalidad del escritor americano será el resultado de la descripción de la fastuosidad del paisaje; de escribir sobre la historia de los héroes y de sus batallas; el escritor americano tomará como motivos las costumbres del pueblo, por ende, en la memoria que las conserva. Parece contradictorio, pero debe practicarse la religión católica, y, por último, cultivar con mucho cuidado la lengua española.
Este programa se desarrolla en las obras de Mera, así, el paisaje en Cumandá y La leyenda de la virgen del sol; la historia en La dictadura y la restauración en la República del Ecuador, ensayo de historia crítica; la religión católica en Porque soy cristiano y el cultivo de la lengua española en todos sus libros. En Cantares del pueblo ecuatoriano, se sostiene que la creación literaria es obra de las diversas clases sociales, aunque, la más alta lo hace con el arte que surge de los grandes poetas. Habla luego del canto de los cholos y los chagras, que es de menor calidad. En el prólogo de sus Cantares comenta que la lengua de las cuartetas populares tiene muchos defectos y que él, en su recopilación, ha corregido la lengua porque si su libro es leído por gente del pueblo, estos lectores tendrían la posibilidad de aprender el uso correcto de la lengua. Dentro de este código neoclásico Mera eliminó las cuartetas que le parecieron blasfemas, las que tenían nombres propios, las que contenían palabras groseras y las que traían términos sexuales.
Recuérdese que la polémica de las raíces culturales fue la discusión de los intelectuales del siglo XIX, triunfó lo europeo y el mestizaje no fue bien visto. Sin embargo, comenzó su Ojeada con el texto Atahualpa Huañui, enviado por su amigo Luis Cordero Crespo. El expresidente hablaba quichua y recogió el poema oral de un indígena de Alangasí. El poeta ambateño, que también hablaba quichua, hizo su propia traducción.
Mera ejerció el periodismo de la época en diarios de tendencia conservadora. Entre los artículos y de vez en cuando, publicó Fábulas inspiradas en Samaniego e Iriarte. Según el Epistolario de Cevallos, el escritor ambateño compuso un centenar de fábulas y su afán fue publicarlas en forma de libro, cosa que no ocurrió. Logramos publicar, las que pudimos encontrar, en una edición de la Academia Ecuatoriana de la Lengua, en el año 2022. Mencionamos en el prólogo que algunas fábulas se sacaron de una ponencia de Jorge Jácome Clavijo, quien poseyó el conjunto total donado por un descendiente. Las fábulas tratan de asuntos de la vida cotidiana y otras son de talante político.
Otro campo de preocupación del escritor de Atocha fue la educación y tanto que publicó en 1880, el libro La escuela doméstica.
Dictadura y restauración en la República del Ecuador es la historia de liberales y conservadores coligados contra la dictadura de Ignacio de Veintemilla. Llama la atención, según el relato, la organización social de los ochocientos mil ecuatorianos, la mayoría de ellos indígenas. En uno de los episodios se describe la persecución de los militares de Veintemilla realizada contra los rebeldes. Estos, comandados por el riobambeño Lizarzaburo, llegaron hasta el pueblo de Laso. Los soldados del gobierno, ya en la noche, dispararon contra los rebeldes, en el sitio de Nagsiche, pero ocurre que no eran rebeldes los que celebraban con pirotecnia una fiesta religiosa, eran indígenas totalmente ajenos a la situación política protagonizada por criollos y mestizos. El acontecimiento revela la desmembración social del pueblo ecuatoriano. Este libro fue publicado por la Academia Ecuatoriana de la Lengua en 1932 con alguna mutilación de páginas. Se lo reeditó en 1982.
Póstuma es la publicación de Novelitas ecuatorianas, conjunto de relatos de tinte realista, que contiene Los novios de aldea, Entre dos tías y un tío y Porque soy cristiano. También póstuma es la edición de Tijeretazos y plumadas, obra publicada en 1903. Picantes y graciosos son los relatos de esta obra. Un relato se refiere a una operación realizada por el doctor Moscorrofio, quien trasplantó el cerebro de un burro en la cabeza de un ser humano. La operación fue un éxito, el paciente sobrevivió y tuvo una larga descendencia de empleados públicos y militares.
Hemos dejado al final la mención de la autoría del Himno nacional del Ecuador. Solicitado por el congreso nacional Mera escribió el himno en 1865, a raíz del intento español de imponerse en los países de América del Sur. Años más tarde, un embajador español, Manuel Llorente Vázquez, intemperante, trató de eliminar el himno o de, por lo menos, cambiar algunas estrofas. Mera dijo entonces “mi himno no es letra de cambio”. El congreso de 1948 declaró intangible el himno nacional. Para mayor información sobre el tema se recomienda la lectura del libro de la historiadora María Helena Barrera-Agarwal, León americano. La última gran polémica de Juan León Mera.
Juan León Mera, falleció en Atocha, en 1894, asistido por monseñor Federico González Suárez.
Referencias
María Helena Barrera-Agarwal, León americano: la última gran polémica de Juan León Mera. Ambato, Casa de la Cultura Ecuatoriana Núcleo de Tungurahua, 2013.
Darío Guevara Mayorga, Juan León Mera o el hombre de cimas. Quito, Imprenta del Ministerio de Educación Pública, 1944.
Jorge Jácome Clavijo, Coloquio Internacional “Juan León Mera”, tomo 2. Ambato, Casa de Montalvo, 1994.
Juan León Mera, Tijeretazos y plumadas. Madrid EST. TIP. Olmo de Ricardo Fe, Calle del Olmo, Nro.4, 1903.
Juan León Mera, Ojeada histórico-crítica de la poesía ecuatoriana, 2da. edición. Barcelona, Imprenta y litografía de José Cunill Sala, 1893.
Juan León Mera, prólogo de Hernán Rodríguez Castelo, Novelitas ecuatorianas. Clásicos Ariel, Nro. 10, s/f.
Juan León Mera, Cantares del pueblo ecuatoriano. Quito, Imprenta de la Universidad Central del Ecuador, 1892.
Xavier Michelena, Juan León Mera, antología esencial. Quito, Banco Central del Ecuador, Abya-Yala, 1994.
Julio Pazos Barrera, editor, Juan León Mera, una visión actual. Quito, Corporación Editora Nacional, 1995.
Julio Pazos Barrera, Las fábulas de Juan León Mera Martínez. Quito, Ministerio de Educación-Academia Ecuatoriana de la Lengua, 2022.