
Navarro Tomás, insigne académico de la Real Academia Española, a la que ingresó en 1935, republicano luchador que escapó de España al fin de la Guerra Civil y radicó en Estados Unidos, donde fue uno de los fundadores de la Academia Norteamericana de la Lengua Española a la cual me honra pertenecer, fue, para nuestro máximo y único filólogo, don Humberto Toscano Mateus, un maestro querido a quien nombra en El español en el Ecuador, obra máxima en la historia idiomática de nuestro país. Perdimos con inmenso dolor a Toscano a sus cuarenta y tres años: murió en un accidente automovilístico en Madrid.
Según Navarro Tomás, El acento pertenece al pueblo que lo ha producido, no está en las letras ni en las frases, sino en la manera de decirlas; el pueblo no cambia de acento. …Los límites de los acentos representan las fronteras más sutiles y profundas de la geografía de un país.
Evocaré aquí la rica y positiva influencia delquichua en las hablas del Ecuador, sobre todo en el habla de la Sierra. Otro día entraré en las similitudes y diferencias entre habla y lengua que, aunque quizá la mayoría de nosotros conoce, nunca estará de más recordarlo.
¿Ha notado usted, lector, cómo abusamos del diminutivo?: Magdita, vendrás un ratito, no seas malita… Y este No serás malito, que lo adorna todo: Devolverasme el libro que te presté, no serás malito.
En el consultorio de la dentista he oído una amable solicitud, que sería mejor, a mi entender, que no se repitiera: Abra la boquita, no sea malita…
Usamos el diminutivo por su valor afectivo, como también para expresar la pequeñez del objeto o de la circunstancia a los que nos referimos: Abajito nomás queda la tienda, oen Casito me caigo en esta calle llenita de huecos. Y también en Hasta lueguito y en ¿De veritas, vas a venir el miércoles? ¡Antes tu casa está cerquita de la mía!
¿Qué nos parece este antes? No es adverbio de tiempo, como en Tienes que salir antes de las seis. En …antes tu casa está cerquita de la mía expresa algo como Lo bueno es que tu casa está cerca de la mía.
En El Pepe dijo que iba a venir, antes no vino, no tenía nada para brindarle, antes significa qué bueno que no vino. Y ¿qué le parece nuestro hasta mientras?: Si le esperas al Juanito, hasta mientras ordena tu cuarto. Hasta mientras significa entre tanto, expresión de uso raro en nuestra habla coloquial.
Decimos chulla, para expresar que algo que es par, está incompleto: Solo encontré chulla media.
Cortemos un instante estas curiosidades para contarles algo:En Múnich, donde vivió hasta su muerte mi hermana pianista, ella conoció a una comunidad religiosa llamada Del santo ángel. En la última ocasión en que la visité, me presentó al padre Alberto, un cura español de la comunidad, bondadoso y sabio, que nos contó una anécdota de su propia vida: Su familia, madrileña de cepa, estaba formada por los padres y sus 13, sí, sus 13 hijos… (Era después de la Guerra Civil, y Franco, el dictador, proclamaba la necesidad inexcusable de que las familias españolas se llenaran de hijos, para remplazar a tantos jóvenes muertos, huidos, expatriados).
Una emisora de radio de entonces entrevistó a la madre de los hijos e hijas de la familia: ¡había que mostrar y ayudar a esa heroína de lo cotidiano!, y la pregunta del millón fue: Señora, ¿cuál es la mayor dificultad con que usted cuenta en casa, con tantos hijos?
Ella no tuvo que pensarlo mucho y contestó: —Pues mire, lo peor de lo peor es la cantidad de calcetines que tengo que zurcir cada día.
Desde entonces, las fábricas de calcetines —medias se usaba en España solo para las medias nailon, (nailon registra hoy el diccionario general, en lugar de nuestro antiguo nylon, tan anglófilo)— le enviaron, decía, grandes cajones repletos de pares de calcetines y, sin duda, también de medias, para cubrir los cientos de pies y piernas de la extensa familia.
Sigamos con nuestros usos: ¿Ha oído usted lo del come de balde? Se decía del comilón que caía intempestivamente en casas conocidas, justo a la hora del almuerzo… Y sobre comelón, ¿usted y yo lo decimos y escribimos así?; pues lo correcto, correctísimo no es comer menos, que también, sino que debemos decir comilón. Comelón es un ecuatorianismo, hoy registrado en el DLE (Diccionario de la lengua española) como americanismo.
Y ¿qué le parece a usted, lector, que su mamá le hable por todo? Yo me desesperaba, no había nada de lo que yo hacía que le pareciera bien, porque mamá, por lo general, no hablaba conmigo, sino que me hablaba, es decir, me regañaba…
Este sentido de hablar, tan frecuente en nuestros usos, procede del quichua rimana, que significa reprender oralmente: Vas a ver, mamá te ha de hablar, amenazábamos al hermano pequeñoque, por cierto ——en opinión de mamá— nunca hacía nada malo. Y hablar atrás quería decir hablar mal de alguien, murmurar.
Acabar a alguien significa regañar a alguien duramente: Si no llegamos a clase, la madre Teotiste nos ha de acabar. Ya nos fregamos… Ah, y aquí está este fregar, que surgió espontáneamente, y se halla en el diccionario como americanismo por molestar, inquietar, jorobar… Y ¡vean ustedes!, yo no sabía hasta este mismísimo instante, que jorobar por molestar pertenecía al español general: me parecía muy nuestro, pero no.
¿Será de que ya acabe?, me pregunto. Deba acabar o no, ser de que es expresión típica de nuestra habla serrana por deber hacer algo, lo usemos en presente o en cualquier otro tiempo verbal: Es de que estudies, si no quieres quedarte suspensa, Si quieren conservar ese trabajo, sería de que se atrasen menos. ¿Le suena Era de salir antes para llegar a tiempo? A mí, sí.
Usamos saber por soler: En Quito sabía llover mucho. Este uso es de antigua tradición, pero hoy no se registra en los glosarios con que contamos.
También usamos el futuro por el imperativo: Vendrás, asomaraste, dejaraste ver, tres formas que nos estimulan y nos piden estar presentes.
Aquí me quedo, aunque me falte hablarles del gerundio y hasta de los ¡qué haciendo!, ¡qué diciendo!, para expresar que no se hará lo que nos piden o que no creeremos ni aceptaremos ninguna barbaridad.
Me estoy yendo, nomás… Y para que aquí quede otra muestra, Ya mismito me voy, ¡y me fui! no sin antes decirles ¡hasta ya mismo, hasta pronto!
Este artículo se publicó en el portal de Plan V.



