Bruno Sáenz nació en la ciudad de Quito, capital de la República del Ecuador, el 13 de septiembre de 1944, año de la esperanza, prolongada hasta 1945, de la derrota del nazismo en la segunda guerra mundial, y de consolidación de una época política en el país, representada por un presidente populista e intelectual, José María Velasco Ibarra, que se haría elegir cinco veces y derrocar cuatro de ellas. No era por entonces consciente de la naturaleza y la importancia del tiempo de su venida al mundo, a la que siguió la división de los pueblos bajo la égida de dos potencias rivales durante la llamada guerra fría y, en el interior, el lastre de un caudillismo y un clientelismo cuyas secuelas no han sido superadas, así los nuevos líderes carezcan de la personalidad, impresionante y pintoresca a la vez, del doctor Velasco. Bastante después, escogió ese año para rendir homenaje a algunos de los escritores de su generación, nacidos precisamente en 1944, al pronunciar su discurso para la Academia.
Ha dividido sus actividades profesionales entre el ejercicio del derecho, evitando litigios y juzgados, ocupándose de tareas de escritorio y de asesoría dentro del sector público ecuatoriano, y la administración cultural, como funcionario y, alguna vez, subsecretario (viceministro) de cultura del Ministerio de Educación y Cultura.
Estudió en su país, en Chile y en Francia. (Comenzó a comprender la seriedad de la escritura al mediar su formación colegial). Estuvo casado y tuvo un hijo que prefiere la Economía a las Letras.
Ingresó como miembro correspondiente de la Academia Ecuatoriana de la Lengua el miércoles 11 de septiembre de 2013 en el Auditorio del Centro Cultural Metropolitano «Benjamín Carrión», cuando leyó su ponencia titulada Cartas de Julio Zaldumbide y Juan León Mera en las Memorias de la Academia. La presentación estuvo a cargo del Académico de Número, doctor Julio Pazos Barrera.
El retiro lo premió con una promoción a individuo de número celebrada en sesión solemne que tuvo lugar en el Auditorio de la Academia, el día jueves 25 de septiembre de 2014. Su disertación versó sobre el tema 1944, la promesa y la siega. Fue el académico de número Embajador Francisco Proaño Arandi quien comentó su discurso. Le correspondió la letra G.
Falleció en Quito el 11 de enero de 2022.
Obras destacadas
Poesía:
El aprendiz y la palabra, 1992.
La palabra se mira en el espejo, s.f.
De la boca que, abriéndose, manda al silencio que se ponga a un lado, 1999.
¡Oh, palabra otra vez pronunciada!, 2001.
Escribe la inicial de tu nombre en el umbral del sueño, 2003.
La máscara desnuda los trazos de mi cara, 2007.
Iluminaciones para un libro de horas, 2012.
La noche acopia silencios, 2016.
El viento del Espíritu desata los legajos, 2021.
Cuento:
Relatos del aprendiz, 2011.
Ensayo:
El caminante mira como pasa el camino, 2012.
Teatro:
Comedia del cuerpo (Crónica de los incas sin Incario, Una danza macabra, La horca de oro, El pájaro que se posa en tierra, La admirable manía, Leyenda del pícaro fraile, Liberación), 1992.
Biografía ejemplar del Doctor Fausto, 2004.
Mitos, Misterios (Dormición de Eurídice, Prometeo Liberado, La Piedra de Cantuña, El duende en el baúl, La mesa de los muertos, Coloquio con la momia, Lázaro), 2015.
Artículos en prensa
«Mitos, misterios e inmortalidad. La obra teatral de Bruno Sáenz». Revista Babieca.
«La siega de palabras de Bruno Sáenz». Revista Rocinante.
«El libro que estoy leyendo». El Universo, 30 de mayo de 2004.