Uno por semana, los Clásicos Ariel que me regaló mi ñaño Tito fueron llegando a mis ojos miopes que los devoraron tal como aparecieron, cada jueves, con el verde intenso de mis becquerianas ensoñaciones…
La aldea es una gris fotografía / tomada en un ataque de tristeza / donde el buey, capellán de la dehesa, / se come por los bordes la alcaldía… / Todo sucumbe en la melancolía, / y, un futurista can, de sobremesa…