«Filoteo», por don Marco Antonio Rodríguez
Nuestras culturas originarias fueron otra de las pasiones de Filoteo. Coincidíamos en que, mientras no haya una educación que difunda ese alfabeto luminoso, es un descomunal dislate hablar de identidad…
Nuestras culturas originarias fueron otra de las pasiones de Filoteo. Coincidíamos en que, mientras no haya una educación que difunda ese alfabeto luminoso, es un descomunal dislate hablar de identidad…
Niño de Palestina; niño que apenas conozco, / nacido con manos sin razones, / buscas el calor de un seno, / y apenas el seno se te ofrenda, / ya arrancan ese sabor de tu esperanza. / Muerdes, entonces, con rabia, / y tus uñas lastiman…
La amé, y sólo después de consumado el beso, me interrogué sobre el significado de la entrega. / Era el primer día y aún no conocía el color de sus ojos. Me equivoqué al alabarlos, porque fui directo al fondo de la mirada.
Lunáticas manos acarician la monotonía / ¿Hongos gigantes o palmeras enanas? / Oro de manos anhelantes. / Bosque y mar de caricias. / Horizontes y horizontes desde el inmenso cenagal hasta / la cima aterida / Fugaron el verano y la ternura…