Poema del día: «Frailejones» (Filoteo Samaniego)

Lunáticas manos acarician la monotonía / ¿Hongos gigantes o palmeras enanas? / Oro de manos anhelantes. / Bosque y mar de caricias. / Horizontes y horizontes desde el inmenso cenagal hasta / la cima aterida / Fugaron el verano y la ternura...

Lunáticas manos acarician la monotonía

¿Hongos gigantes o palmeras enanas?

Oro de manos anhelantes.

Bosque y mar de caricias.

Horizontes y horizontes desde el inmenso cenagal hasta
la cima aterida

Fugaron el verano y la ternura…

¡Las manos se han abierto y os suplican, horizonte!

¿Qué ansían?

Millones de manos avanzan
al confín, en singular clamor
—como las nuestras, cálidas por dentro,
manos en constate anhelo—.

Palabras en región de sordos.

¡Gritos!

Estandartes hacia al cielo negado.

Fuera la neblina
tenaz.

Legiones de neblina detienen la esperanza,
combaten la luz;
mas, nada doblega al pueblo de manos al viento:
ni el viento ausente del sol.

¡Cómo detener este motín de ternura, este intento de total
amor!

(De Signos II, 1967)

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