«Taxi driver», por don Marco Antonio Rodríguez
Una lluvia acerba y pertinaz cae sobre la ciudad al ritmo de un saxofón que se filtra por las ranuras de los sentidos. Es el resuello azufrado del miedo de vivir en el obsceno mundo de Travis Bickle…
Una lluvia acerba y pertinaz cae sobre la ciudad al ritmo de un saxofón que se filtra por las ranuras de los sentidos. Es el resuello azufrado del miedo de vivir en el obsceno mundo de Travis Bickle…
Ancestros suyos debieron ser quienes tallaron columnas, cornisas, pilares de nuestros templos. O aquellos que obraron en piedra ornamentaciones compuestas por arabescos y tracerías, o trabajaron en pan de oro…
Su talento se develó pronto y los encargos le asediaron. Su viejo automóvil, que no le permitía el vértigo de la velocidad, fue cambiado por un descapotable del año capaz de “retar al viento”, como solía alardear…
Solía recibirme en el portón de su casa museo, con su inconfundible aire de patriarca gitano, el pelo negro y abundante, las manos cuidadas por los dioses de su creación, orondo, grave y sonriente, vistiendo el overol…
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