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«Calamidad doméstica», por doña Susana Cordero de Espinosa

'Entra aquí semejante barbarismo cercano a la monstruosidad de identificar el matrimonio como calamidad doméstica. Lo será acaso de verdad para más de uno… Pero de esta circunstancia considerar la boda cual calamidad doméstica es otro cantar’...

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En mis manos, el volumen ‘El habla del Ecuador, diccionario de ecuatorianismos’ del exdirector de la Academia Ecuatoriana (AEL), Carlos Joaquín Córdova. Lo publica el departamento editorial de la Universidad San Francisco de Quito, y llegó como regalo navideño para nuestra biblioteca, del prologuista de esta bella edición, subdirector de la AEL y articulista, Fabián Corral. Editado en papel de color crudo, cada capítulo empieza con la letra miniada en rojo, como dibujada a pincel y pluma por algún monje medieval. Las palabras ‘corren’ en tres columnas de letra clara y legible. “Libro singular, porque registra, con puntualidad y precisión, la evolución de la sociedad desde lo más entrañable y cotidiano: su idioma… Más que un diccionario, es una bitácora de costumbres y de historia vieja y reciente”…, escribe F. Corral en su prólogo. Es, en fin, una especie de diario de marear de nuestra cotidianidad.

En octubre de 2008, presentamos en el Aula Benjamín Carrión la entonces nueva edición en tres volúmenes de este trabajo que atravesó 70 años de existencia de nuestro inolvidable exdirector y amigo. A sus 97, exhibía ante los suyos las nuevas papeletas que usaban los académicos para sus apuntes léxicos antes de atreverse con la memoria computacional a la que también le llevó su insaciable interés. Vida de apasionada lectura de diccionarios, glosarios y léxicos, de observación y escucha de cuanto opúsculo, tratado, monografía o artículo caía en sus manos: la vocación lingüística, origen a todo conocimiento, atravesó su vida; cada lectura suya era pretexto para encontrar términos distintos o nuevos significados de cada término. Dotado de memoria colosal, evocaba sucesos y personas; erudito sin vanidad ni exhibicionismo, hoy recibe el homenaje merecido de una edición de lujo, elegante en su discreción, que encierra parte del innumerable material con que CJC iluminó su pasión por conocer.

Mi presencia de los lunes en la AEL era como un rito. Revisábamos los requerimientos madrileños, envíos de documentos, aportes y sugerencias al diccionario oficial; material por corregir, completar y aumentar pasó por nuestras manos. Era frecuente escucharle: “Tengo tantas papeletas, 40 páginas de nuevos términos…”

Este diccionario enciclopédico informa con sabiduría y humor el sentido de cada lema: ‘Calamidad doméstica: barbarismo por matrimonio’. ‘No una vez, sino con frecuencia notable en el sector público, se observa la presentación rutinaria de la solicitud de un empleado, o de una empleada, que en trances de contraer matrimonio, fundamenta el motivo de la licencia por causa de calamidad doméstica. Entra aquí semejante barbarismo cercano a la monstruosidad de identificar el matrimonio como calamidad doméstica. Lo será acaso de verdad para más de uno… Pero de esta circunstancia considerar la boda cual calamidad doméstica es otro cantar’. Así era él. Así, lleno de gracia y sabor, es su ‘Diccionario de ecuatorianismos’.

Este artículo se publicó originalmente por el diario El Comercio.

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