De nada y de soledad nos formaron,
el rostro de la vida a veces nos sonríe,
oleaje ardiente de los días,
muerte que estás aquí y no estás
y traspasas la corteza de los árboles,
donde el amor
como un pan te colocó un día,
cuerpo del adiós,
tabla muda donde te depositamos
padre después de tu caída.
Soledad universal,
largo murmullo del ser.
La muerte es solamente silencio
o seguirá fluyendo la vida
que nos despertará un día
absortos y desnudos
frente al inmenso
misterio del universo.