de nuevo somos un instante larguísimo de espera
hasta el hastío volvemos a ser
siempre de nuevo una cosa amorfa e indefinible que
se muerde la cola
que se come la cola recién engendrada
olvidamos tan breves el dolor del parto
pecamos la soberbia a carcajadas
entre el peso que arrastramos de las pieles
cambiantes
y el dolor que perseguimos con locura para variar la
alegría permanente
vemos fantasmas que nos cercan las auroras
y el día nunca llega
¡…nunca llega!
Fuente: XAVIER OQUENDO, estudio introductorio y selección, Antología de nuevos poetas ecuatorianos, p. 113., en Círculo de Poesía.