Replicamos este texto de Iván Ulchur Rota, seleccionado por don Simón Espinosa Cordero para nuestra página web.
Impedir sus cambios es tan inútil como forzarlos. Hay debates interesantes, como el del uso de un género neutro —”les amigues, por ejemplo”— para los artículos en tercera persona plural. Eso es una cosa.
Otra es acusar al español de prejuicios inherentes en la asignación de artículos femeninos o masculinos. Esa victmización lingüística no tiene ni pies ni cabeza y basta con revisar su uso cotidiano para darse cuenta.
Porque sí, aunque existimos en UN mundO y UN universO, somos parte de LA naturalezA, que provee, determina y rige toda nuestrA existenciA. Somos animales, cuerpOs en movimientO que nacen, crecen, se reproducen y mueren pero ¿qué sería del ser humanO y ese cuerpo sin LA mente o LA inteligencia?
Hemos desarrollado cuturAS enteras y nuestrA especie piensa y vive LA realidad desde LA filosofía y LA ciencia. Cuando LAS artes se expresan en singular se vuelven EL arte, sí, pero ¿qué desolado y abandonado estaría éste sin LA música, LA poesía y LA literatura?
Cuando LA bondad, LA verdad y LA belleza tienen artículos femeninos, si aceptáramos la lógica del victimismo lingüístico nos sería justo reclamar la ausencia del artículo masculino de los valores fundamentales de Occidente.
Está bien analizar y examinar la injerencia de LA ideología en EL lenguaje. Es necesario. Pero reducir ese análisis al maniqueísmo de “opresores y oprimidas” incluso en el uso de artículos merece LA risA que Vargas Llosa le dedicó al tema hace meses y el desprecio de LA feminisísima Real AcademiA de la LenguA.
Antes de hablar por EL culo, a veces es mejor callarse LA boca.
Iván Ulchur Rota