Cuando yo fui rumor, viento sencillo,
indefinido trébol, tierno idioma.
Júbilo y plenitud, salvado aroma.
Ya descubrí tu faz como un anillo.
En mi clima después —cielo amarillo—
Para el duelo del ciervo y la paloma.
Mezcláronse el amor con el aroma
y el aire de mis lutos con tu brillo.
Tu ademán, soledad, guarda mi llanto.
—Trébol que espera su último quebranto—,
desvelado de pie sobre la arena.
Sidérea plenitud, lámpara y arpa,
en tu luz musical tu noche zarpa
hacia el mar absoluto de la pena.