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«Simón Espinosa Cordero: maestro que lucha por ‘un Ecuador de buenas personas’», por Lilián Álvaro

Nos acercamos con cautela al importante periodista que desde el periódico HOY defendía los Derechos Humanos de personas humildes. Le pedimos ser parte de un grupo de expositores para, durante las tardes de una semana del mes de julio de 1990...

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Nos acercamos con cautela al importante periodista que desde el periódico HOY defendía los Derechos Humanos de personas humildes. Le pedimos ser parte de un grupo de expositores para, durante las tardes de una semana del mes de julio de 1990, reflexione con jóvenes dirigentes populares sobre el futuro del país y América Latina en la última década del siglo XX.

―¿Puede realizar su exposición como un taller?

―¡Por supuesto! Acabo de hacerlo con los periodistas de Machala. Quieren mejorar su forma de escribir.

―¿Enseña usted a escribir mediante talleres?

―¡Ese es mi oficio!

Taller, palabra prodigiosa que eliminó todos los recelos y dio paso a la propuesta que, al ser aceptada, inició este andar para hacer un camino pletórico de sabiduría y compromiso con la profesión de las profesiones.

―¿Podemos llamarlo compañero Simón?

―¿Por qué compañero?

―¡Porque está compartiendo nuestros ideales!

… mmm, lo piensa unos instantes…

―¡Pues, sí!

―¿Podría enseñarnos a escribir?

―¿¡Cómo!? ¿¡A ustedes!?

―¡A nosotros y otros docentes, en la Escuela de Formación de Educadores Populares que tiene el INEPE!

―¿Qué es esa escuela de formación? Preguntó incrédulo.

―Es nuestra propuesta de universidad abierta de Educación Popular para formar docentes comprometidos con una educación de calidad para nuestro pueblo.

―¿Y cómo sería eso de enseñarles a escribir?

―Pues, compañero Simón, tendrías que venir una tarde, de acuerdo a tus tiempos y serías el docente de un semestre de la Escuela de Formación.

El compa Simón inició sus talleres un viernes, 14 de septiembre de 1990, a las 3 de la tarde. Sus primeros estudiantes fueron 14 docentes mujeres de la escuelita de chocolate del INEPE: 3 normalistas, una politécnica, 10 promotoras populares y; 3 jóvenes dirigentes de la Federación de Organizaciones Juveniles: un albañil, un mecánico, un Promotor Cultural. El tema: sintaxis de las oraciones. El contexto nacional: el gobierno de Rodrigo Borja y la clausura de radio Sucre. El contexto internacional: la próxima guerra del Golfo Pérsico.

¡Perplejidad, asombro en el grupo! Todas sus preguntas eran tomadas en cuenta y respondidas con exquisita erudición por el Maestro de maestros que las integraba en una praxis que volvía realidad el diálogo de saberes, la solidaridad y la participación, principios de los talleres que el equipo practicaba en su trabajo organizativo y pedagógico de Educación Popular.

Siete de la noche … el éxtasis se mantenía. Durante el taller el compa Simón había mencionado a Antonio Machado. Teníamos su pequeño libro editado por Salvat y creíamos conocer de su poesía.

―¡Por favor léenos un poema, le dijimos!

―Simón, generoso, aceptó.

Parafraseando a Borges:

“Las translúcidas manos” del Maestro buscaron uno. Emocionado … húmedos los ojos llegó a la estrofa final:

Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.

¡Todos con un nudo en la garganta! ¡Educadores populares revolucionarios marcados para siempre por el compa Simón con las hermosas palabras del poeta de Sevilla! Nuestras entrañas se estremecieron al sentir, en ese primer taller, que juntos perseguíamos las (mismas) estelas en la mar.

Una tarde cada semana, muchos grupos se beneficiaron de su sapiencia y sabiduría. La incredulidad de tenerlo al pie del cerro Unguí se transformó en alegría, cariño sincero y gratitud. El núcleo del INEPE se mantenía y mantiene fiel a sus enseñanzas. Si en uno de ellos había alguien que, a decir de Rosita ―su mejor discípula―: no conocía ni el sustantivo, Simón comenzaba el taller desde ahí. Hasta hoy, admiramos su sincero compromiso con el Otro, su paciencia para siempre empezar de nuevo desde la sencillez del conocimiento del grupo.

―Ustedes me han enseñado ese camino, suele decir.

La epifanía del primer lustro de estudio nos permitió evidenciar que sus estudiantes llegaban de Quinindé, San José de Minas, Ibarra, Calderón, el Valle de los Chillos y los barrios del sur de Quito. La autoestima del grupo había germinado con los ejercicios de didáctica de la escritura, sintaxis compuesta, la infaltable ortografía y el vocabulario. Jamás nos habríamos imaginado que las más hermosas expresiones de la lengua de los conquistadores se lograban con la dedicación, conocimientos, sensibilidad y pasión con las que Simón conducía el análisis de un párrafo para descubrir lo esencial que solo se mira con los ojos del corazón.

En 1997, los estudiantes de la Escuela de Formación de Educadores Populares nos pidieron que “formalizáramos” sus estudios y que nos constituyamos en una Escuela de Formación Docente (EFD). Cabe señalar que en la propuesta de Educación Popular del INEPE, no cabía esa “formalización”. Vivíamos la educación como una práctica de la libertad y buscábamos la excelencia para un pueblo ávido de docentes de alta calidad humana y profesional. El Consejo Directivo del Instituto decidió iniciar un diálogo de saberes con la universidad ecuatoriana. Regresó a ver al alma mater y redactó un convenio de cooperación para llevarlo al Rector de la Escuela Politécnica Nacional (EPN).

―Simón, tienes que ser nuestro Director de la EFD.

―¡Están locos!

―Debes firmar el oficio para solicitar la cita con el rector de la Politécnica. ¡Mira que ya has sido nuestro maestro por más de siete años!

Un breve silencio, una mirada de aceptación, una de las decenas de firmas. Una de las reuniones de un peregrinaje que continúa hasta el día de hoy. Este peregrinaje nos ha permitido conocer una más de las facetas de Simón: saludador incansable de porteros, guardias, conserjes, secretarias y, por supuesto, rectores y rectoras. Con su presencia se nos han abierto todas las puertas de los rectorados. Desde la Universidad Técnica de Cotopaxi hasta la Universidad de Cuenca. Desde la Universidad de las Américas hasta la Universidad Técnica Particular de Loja. Desde la Pontificia Universidad Católica hasta la Universidad Andina y la FLACSO. Hoy constituyen la red de universidades con las que se relaciona el INEPE.

Finalizamos la última década del siglo XX con un excepcional estudio de “El Pachuco” de Octavio Paz para aprender a escribir un ensayo. Luego de Rubén Darío, García Márquez, Rivas Iturralde y otros ―con el trasfondo de Lázaro Carreter― Simón consideró que estábamos listos para descubrir a Antonio Machado.

En la pequeña celebración que le hicimos en abril de 2000 por el Día del Maestro le cantamos su pasillo favorito: el aguacate. Pese a los intentos, nunca conseguimos que baile.

En muchas ocasiones mantuvimos el siguiente diálogo:

―Simón, la seguridad del Estado nos está siguiendo.

―¡Qué miedo! Respondía como el niño grande que es. ¡Qué bueno que ya llegamos al INEPE!

Nuestro homenaje a ti, valiente Maestro que te has jugado con este puñado de soñadores al igual que lo hiciste con los sacerdotes salvadoreños, al abrazar las más nobles causas de los oprimidos y olvidados.

En el semestre de poesía y ensayo, ya en el nuevo siglo y milenio, saboreamos hasta el deleite los “Campos de Castilla”. En una simbiosis lírica admirable, poeta y Maestro se fundieron para saciar la sed de trascendencia de sus alumnos y alumnas. Su profunda confianza en la humanidad, su jovial optimismo se veían retratados en los intachables cuartetos alejandrinos, en los versos sonoros, luminosos y fragantes de Machado.

La vida fecunda, valerosa, hospitalaria del Maestro cuencano. Su espíritu universal privilegiado que ama la comunicación consigo mismo, la expresión sublime de la belleza de la palabra brotaron ante nuestra atónita mirada, en cada taller sobre el poeta sevillano. Su altruismo, sus acciones austeras, sus íntegras intenciones traslapadas en los versos de Machado continúan sanando nuestras almas. Acudimos siempre a sus enseñanzas para percibir lo excelso, vivir la utopía, cantar lo que el alma desea expresar con el sonido y el color de la palabra.

Quijote de múltiples batallas frente a los molinos de viento del poder y de la vida. Nos trajiste la “Geometría fractal precolombina” de la mano del científico Marcos Guerrero Ureña. Corría el 2002:

―¿Pueden darle trabajo a un amigo? Se está comiendo la camisa.

―¿Qué hace?

―Es matemático. Es un científico que ha estudiado la matemática andina.

Marcos fue un regalo de tu generosidad e inclaudicable honestidad intelectual. Enriqueciste uno de los temas más apasionantes del diálogo de saberes, el cual sigue a la espera de nuevas mentes y corazones que le den continuidad. Un regalo más como el de la presencia de Diego Araujo Sánchez, Gabriela Rota y más connotados intelectuales en la docencia con nuestros estudiantes del colegio.

El mismo año nos permitiste aportar en otra de tus cruzadas quijotescas. Desde la Presidencia de Quito Honesto, Comisión Metropolitana de lucha contra la corrupción, organizamos el Proyecto de Educación, Bioética y Ciudadanía. Los manuales para docentes desde sexto a décimo años de Educación General Básica llegaron a las ocho provincias en las cuales trabajábamos con el ECUARUNARI: Esmeraldas, Guayas, Imbabura, Pichincha, Bolívar, Cañar, Azuay, Zamora Chinchipe.

―Simón: ¿Qué es la libertad? Le preguntamos en el 2005 para el artículo de la revista “Arcilla”.

―Vivir sin miedo, manifestó sin ambages, en alusión al filósofo sefardí.

Compañero de presencia profunda y sabiduría universal en todos los actos cívicos de nuestra Unidad Educativa y en las 16 jornadas de graduación de bachilleres del INEPE. En una de ellas, sentado en la mesa directiva, al pie del cerro Unguí frente al hermoso bosque de eucaliptos susurraste un deseo:

―¡Ojalá nunca lo talen!

Al 2008 te encontrabas al frente de una comisión municipal para responder a la solicitud realizada por el INEPE a la Alcaldía para continuar con la lucha de cuidar el bosque mediante la declaratoria de Parque Natural Chilibulo-Huayrapungo. El sur y Quito entero disfrutan hoy del viento que proviene de la bocana de Lloa, de la humedad de la neblina, del aire fresco de los seis mil yalomanes, alisos, arrayanes que hemos sembrado. Han regresado las águilas, querido Maestro. Disfrutamos de los mirlos y colibríes. Allí uno de los tramos más hermosos de hacer camino al andar.

En marzo del 2012, Simón Espinosa Jalil, uno de sus dos hijos, dijo de su padre cuando le solicitamos una semblanza para el Doctorado Honoris Causa:

Un hombre cuyo principal defecto es tal vez su carencia total de ambición personal, tanto en el campo profesional como en el de acumular bienes materiales, su primera preocupación es colaborar en lo posible, por hacer del Ecuador un país bueno. Ello sumado a su fe ingenua y persistente en el ser humano, explican su constante y a veces irritante, optimismo en que las cosas puedan mejorar. Ese optimismo lo ha llevado a participar en causas perdidas como el movimiento anticorrupción Manos limpias…

Permíteme decirte que no han sido causas perdidas. Tus comisionados nos han dado ejemplo de dignidad, valor, honestidad, ¡a toda prueba! Vuestra vida se encuentra en la vanguardia de todas nuestras luchas que son las luchas de todos los pueblos menesterosos que, al igual que la Comuna de París, anhelan alcanzar el cielo con sus manos.

Tus actividades docentes continuaron. Se recrearon todos los temas estudiados y los que seguían: el ritmo en el lenguaje: la prosa y el verso, análisis de textos literarios, análisis de columnas periodísticas de “El país”, literatura contemporánea: análisis de “La cabaña del tío Tom” y “Un viejo que leía historias de amor”, morfología del cuento por Vladimir Propp; de la mano, siempre, de la sintaxis simple y compuesta, la infaltable ortografía, el luminoso vocabulario. Todo en el contexto nacional e internacional.

Querido Simón, la lengua bien escrita que nos enseñas desde hace tres décadas se recrea en las cotidianas planificaciones pedagógicas del equipo docente y florece en todas las formas de expresión de los más de 700 niños, niñas y adolescentes de los barrios populares del sur de Quito que se educan en la Unidad Educativa INEPE.

En la actualidad, 11 de tus compañeras-discípulas y un compañero-discípulo, también, han formado a más de 2400 docentes de 22 provincias del país, a través del entorno virtual de aprendizaje que el INEPE desarrolla en convenio con la Escuela Politécnica Nacional.

Querido Maestro, déjame decirte que estamos organizando tu próximo semestre. Lo haremos con tu consentimiento en un aula de la PUCE, porque los 3100 metros que te han recibido con cariño en estos treinta años te piden un respiro.

Tu equipo de caminantes estamos listas y listos para …

(………………………………………………)

con las lluvias de abril y el sol de mayo
abrazar tus anheladas hojas verdes.

Querido compa Simón:

Queremos anotar en nuestras carteras
la gracia de tu rama verdecida.
(Nuestro) corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.

Muchas gracias

Lilián Álvaro Lugo
INEPE
Quito, 19 de febrero de 2020

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