Para escribir mis versos
no me hace falta mesas,
no me hace falta lápices.
Imprescindible
el aire,
la paz
el corazón en calma.
Sobre una hoja verde
o una tabla limpia,
en la esquina de un sobre vacío,
o en el centro de una cáscara
puedo escribir mis versos
con un trozo de sangre.