Querido:
He recibido tu azul impredecible
los fragmentos de Pittsburgh acordonados
Tu lluvia llega hasta Quito y moja el revés de la montaña
La montaña no sabe qué hacer con tanta agua
No sabe dónde meterse, por dónde empezar
Somos mansos en los puentes
y, en las calles, dos salvajes que apenas ven sus manos
Quizás por eso amamos tanto el apacible burgo
donde todo se confunde
y las mañanas no nos obligan
a ser otra cosa que silenciosos goznes imantados
Yo me ahogo en las ciudades, Ur
Te planteo un dilema
Necesito que me ayudes
que por favor me encuentres
¿Que una mujer te anuncie la muerte de un poeta
es o no la anticipación de un movimiento atarantado?
Otro perfil del mismo dilema
¿Por qué se le antoja al cuerpo otro cuerpo que no existe?
Hay un camino aprendido que es el que debería recorrer
pero me distrae la belleza del río
la destrucción, la ira
¿Qué somos, amigo mío, animales de agua o de aire?
Me escribes desde adentro
Casi puedo intuir las imágenes que duermen en los espejos de tu casa
predecir la desintegración de las gotas que caen del tumbado hasta tus pies descalzos
y ver cómo la paciencia, colmada de nosotros, aprende a destruir la piedra
Hoy te abrazo
y abrazo todo lo que amas
Tuya
Ux