pie-749-blanco

«Océano» (Mario Cobo Barona)

Es tan cierto que el mar no cree ya en sus peces / que se van en los barcos, / que cuando el pescador le agacha una blasfemia, / resaca del dolor que el mar se traga, / en su puntual idioma de olas / va diciendo...

Artículos recientes

Es tan cierto que el mar no cree ya en sus peces
que se van en los barcos,
que cuando el pescador le agacha una blasfemia,
resaca del dolor que el mar se traga,
en su puntual idioma de olas
va diciendo que sí: ¡pobres los hombres!
Desertores del agua y sus orígenes
hemos venido a las lejancias penitentes
a tratar de encontrarnos en ninguna parte.
Le compramos a la espuma su inocencia
en su voz de burbujas: libres, lastimosas,
intermitentes, creciendo y fracasando.
Le queremos latir en su bullicio y en sus ecos,
le queremos beber en sus gaviotas,
en sus siempre después, y en su tristeza rota.
No sé si el mar creó al hombre desde el caos,
pero cree en el hombre,
porque su eternidad es regresar. Y se defiende,
y le cuestiona porque está en su adentro.
El mar desde la arena es un ausente
vencido a su costumbre de mareas.
El hombre es en la playa un caminante
tendido a su costumbre de recuerdos.
Pobre del mar: improvisando, emocionando,
contando lo que tiene que hacer.
Pobre del hombre erigido en mar,
por unos cuantos peces y unos sueños,
inventariado entre los arrecifes y las perlas,
siempre ensayando en sus pequeñas vidas,
los osarios sin fondo y sin juicio final.
Pobre del hombre saliendo del mar,
hombre diario y angosto, sin rostro y sin nombre,
perseguido de un perro y su lenta tristeza
y ese fiel animal de la melancolía.
Pobre del hombre fiel a su olfato húmedo, pensando:
cuánto de sal tirita sobre su propia sombra.

Fuente: Poetas siglo XXI – Antología mundial.

2.7 3 votes
Article Rating
1
0
Would love your thoughts, please comment.x