La señora alardea:
“he pasado una tarde linda”:
he gozado escuchándole.
aprendiendo,
no sólo lo que dice sino cómo lo dice.
En la antesala de la tarde estuve
sin señor.
sin señora.
Rasputín y sus cartas con besos
que nunca me llegaron.
Magnífico deleite sobre la mesa, nadie:
a veces alguien llega y no asoma la llave.
Sin orejas las tazas, su café sin azúcar,
bebiendo señoritas de negro sus memorias.
Es un secreto a voces la fetidez del viento
en la boca sin dientes del planetoide.
La señora alardea:
“he pasado una tarde linda.
sin pensar”.
Transcrito por Jorge Luis Pérez Armijos. Tomado de Compilación de poemas de ecuatorianos.