Afuera,
camina el silencio sobre la luz que agoniza en los recuerdos
Con su desnudez y fatiga huyen las horas
como fantasmas necios.
Adentro,
hace ruido la palabra
perorando fábulas de tiempo:
Dice que detrás de cada piedra ónix
crece una cruz para cada día
Dice que hay un ángel de negrura infinita
que cohabita con los poetas
que su ombligo ebrio cae de bruces
sobre las retinas de los seres.
Afuera,
el viento persigue el frío
se da de golpes con la puerta
bracea con las sombras que apuñalan a la luna
Adentro,
mi lámpara adelgaza como pluma leve
ligerísimas pestañas desembarazan la noche
y yo, vestida de niebla,
entro en su espejo.
Fuente: Nueva York Poetry Review.