Y dándose el gran grito de silencio
rompióse Él el tímpano y se dijo:
“Quiero un hijo
que sea de carne y no de espíritu
y que siendo hermafrodito
al comienzo se halle
con los ojos en blanco.
Y sí, que por millones de años envejeciendo, recupere luego
(y porque para ello las sábanas están hechas)
su verdadero y necesario sexo”.
Y así que el tiempo fue pasando
por la mitad se divide el doble cuerpo.
Así son los párpados que se abrieron,
y hombre y mujer abrazados –
porque obligatorio es
irse quedando como los- muertos.
Y díjose también aquello,
de que siendo el hombre señor de la tierra,
no habrá animal que camine o vuele
que con más habilidad maneje
sus cuchillos y dientes.
Mas, vino frío tremendo porque hubo grande nieve
y siendo que para entonces
se era de pocos pelos,
se fabricaron pantalones y enaguas transparentes,
porque así es la mujer, y cuando se acuesta
diciendo que tiene vergüenza, para no ver
medio ojo se tapa con el dedo más pequeño.
En fin de fines
arruinaron al Gran Espíritu en las Iglesias
y hubo pecados y en las tiendas
se vendieron los afeites.
“Parirás con dolor”. Eso fue al comienzo,
vino la época de los anestésicos,
y como muchos hijos mejor están muertos
una píldora diaria
antes de entregar el cuerpo.
Pero el átomo era virgen aún,
ecuaciones en grandes papeles.
Un avión que vuela
y en el Japón, Norte América obs
un bello paraguas de fuego.
A todo esto
el Gran Espíritu piensa
y como no duerme, se desvela,
y no teniendo paz sino horror e
mondo y lirondo
un frasco de analgésicos,
una camisa de fuerza
y que a cada cual se le entregue
lo que siembra.