Hace unos días el diario Expreso publicó esta entrevista con la directora de la Academia Ecuatoriana de la Lengua. Ahora la reproducimos en nuestra web para compartirla con ustedes.
El 2023 empezó para la doctora Susana Cordero con un logro inesperado: fue investida por la Universidad Internacional de La Rioja con un doctorado honoris causa. Fue la única mujer homenajeada entre los otros galardonados, todos miembros de las distintas academias de la lengua de la región.
Al reflexionar al respecto, casi un año después de recibir el galardón, sonríe. Atiende a SEMANA en su oficina del Centro Histórico. Desde ahí dirige la Academia Ecuatoriana de la Lengua, cuyo timón asumió en 2013.
“Son circunstancias que nos enriquecen como país y que tienen un gran significado. Personalmente, me siento muy honrada, sobre todo porque a raíz de este reconocimiento, fuimos elegidos para organizar el próximo Congreso Internacional de la Asociación de Academias de la Lengua, que será en Quito el próximo año”, comenta.
A la par de la preparación que requiere este magno evento, Cordero indica que en los últimos años la Academia ha asumido la difícil labor de difundir el trabajo que ella realiza puertas adentro con la ciudadanía y con los jóvenes.
“Emitimos un boletín a través de nuestra página web que incluye una corrección idiomática, una advertencia idiomática para el buen uso del español, una biografía de uno de nuestros grandes poetas y colocamos uno o dos poemas. Empezamos con pocos colegios, pero la idea es ir sumando instituciones y difundiendo el boletín a través de internet”.
La idea tras esta propuesta, y tras otras que apelan a las jóvenes audiencias, es justamente atacar en su punto de origen las faltas ortográficas, faltas de concordancia y más errores gramaticales que se han convertido en el pan de cada día con el auge de las redes sociales y los mensajes de texto por WhatsApp.
La tragedia de la educación
“La verdadera tragedia del Ecuador es la tragedia de la educación. No hay colegio, rico o pobre, que no tenga problemas en la enseñanza del español. Se intensificó con la pandemia”, sostiene Cordero.
Y aunque acepta que el español está sujeto a cambios, no aprueba las polémicas que se han generado alrededor de los ecuatorianismos o el sexismo, que otros expertos en lingüística han debatido en los últimos años.
“Toda la vida ha habido estos debates. Recuerdo, por ejemplo, al gran cronista Ricardo Palma, del Perú, que reclamó a España la inclusión de algunos peruanismos. Cuando la Real Academia de la Lengua se negó, porque no pertenecían al español general, cerró el capítulo peruano de la Academia. Sin embargo, sí hay una evolución y es por eso que sí encontramos ecuatorianismos en la Nueva Gramática de la Lengua Española y pronto se publicará el primer diccionario académico de ecuatorianismos”, señala.
Sobre el sexismo
En cuanto al tema del sexismo en el idioma, considera que en el país el debate no se ha encarnizado como en otros países, como Argentina o México. “En el español tenemos plurales marcados y no marcados, y sirven para despejar estas dudas. Hemos tenido debates, sí, pero la Academia no acepta el cambio del uso hacia lo femenino”.
Pese a ello, aclara que con el paso de los años, cuando un uso idiomático se masifica, es posible que se generen nuevos debates que lleven a una modificación, pero considera que es poco probable.
Impulsar la lectura
Al hablar sobre el futuro de la Academia de la Lengua Española, espera que se pueda concretar una mayor difusión de los boletines para colegios y escuelas, y un creciente número de impresiones del programa editorial de la entidad. Agrega que el país pasa por un momento importante en la literatura que no debe ser desaprovechado, sino más bien tomado como punto de partida para impulsar la lectura.
“Hay una gran eclosión, hay un gran trabajo de los escritores, y quiero poner mi acento en el entusiasmo que me produce el trabajo femenino. Es una bendición que en medio de tantas crisis, se haga un trabajo sostenido de escritura”.
Cara a cara
¿A qué dedica su tiempo libre?
¡No tengo mucho tiempo libre! (ríe). Cuando tengo tiempo libre lo dedico a la familia y a la lectura.
¿Qué lee?
Me gusta la poesía. Estoy leyendo a Iván Carvajal y a Sara Vanegas, una poeta excelente que pronto entrará a la Academia.
¿Tiene hijos?
Sí. Tengo un hijo que es teatrero, una hija que es abogada y otra que es psicóloga. Esos son los que viven aquí. Los fines de semana, mi esposo Alfredo y yo pasamos tiempo con ellos.
¿Cuáles han sido los debates más arduos que se han dado en la Academia?
No hemos tenido debates arduos. Debates muy respetuosos sí.
¿Qué ve a futuro como una dificultad para la Academia?
Un problema arduo para la Academia y para el Ecuador es la falta de auténticos lingüistas. No hay formación de lingüistas en ninguna universidad. Hay una materia, que no especializa a nadie. Tampoco tenemos lexicógrafos.
¿Qué error gramatical o idiomático la saca de quicio?
Me molestan las faltas de concordancia. Cuando alguien dice “si salgo, me voy nomás”, cuando es “si salgo, me iré”.
Esta entrevista se publicó en el diario Expreso.