si acaso me quedara un solo ojo
y el otro simplemente te siguiera
y una sola otra no, se despidiera
pierna que tras de ti fuera a su antojo
si esta triste cíclope llorara
lágrima que una sola mano enjuga
si beso emerge rojo de su oruga
y alada la otra mano se alejara
tan solo una boca se quedara
detrás la otra de ti carnal se iría
boqueando en llamas boca que temblara
entonces amante impar yo fuera
y así tal vez amor te seguiría
aunque este temblor otro te esperara
Fuente: Margarita Laso, La fiera consecuente, 2012.