Siempre la lluvia gris… ¡Qué intensa
pena esta tarde de melancolía!
Su alma en nosotros a la par resuena
como una novia triste en agonía.
Y es otras veces una hermana buena
que al oído nos da su letanía,
intermitente entre la paz serena
de alguna noche desolada y fría.
¡Oh, la lluvia!… Mi hermana confidente
que me vela como a un convaleciente
y en mis labios su breve ósculo imprime…
¡Entre todos el único sincero!
Siempre la lluvia gris… Yo sólo quiero
su silenciosa música que oprime.
Fuente: Poesía breve.