«La parábola de la máscara» (Fernando Cazón Vera)

El pájaro se puso la máscara, / la máscara se puso el pájaro, / el pájaro y la máscara se pusieron entre sí / pero el pájaro no era máscara / el pájaro era pájaro y nada más / el pájaro era pájaro y mucho más / y la máscara después fue nube / y fue cielo / y fue árbol...

El pájaro se puso la máscara,
la máscara se puso el pájaro,
el pájaro y la máscara se pusieron entre sí
pero el pájaro no era máscara
el pájaro era pájaro y nada más
el pájaro era pájaro y mucho más
y la máscara después fue nube
y fue cielo
y fue árbol
y fue la manzana de ese árbol
la máscara fue hombre también
y fue la mujer de ese hombre
y fue el hijo de ese hombre y esa mujer
la máscara podía ser cualquier cosa
incluso la máscara de otra máscara
el pájaro ni siquiera podía ser hombre
el hombre ni siquiera podía ser pájaro
pero la máscara sirvió al hombre
y al pájaro y su pájara
y a la mujer del hombre y de ese pájaro,
y al hijo del hombre y la mujer,
del pájaro y la pájara
al hijo que no pudo ser lluvia
ni árbol, ni montaña,
pero la máscara les sirvió a todos
sobre todo al hombre mirado por el hombre mismo
y mirado por Dios y por la máscara de Dios
o por las máscaras de muchos dioses
hasta el día del Juicio Final
en que todos, sin excepción,
se sacarán las máscaras.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*