«La última tarde» (José María Egas)

La vida siempre igual!... Con su color de tedio, / con sus tardes lluviosas que estremecen de frío / y son como la angustia de este mal sino remedio / que nos va consumiendo de locura y hastío! / Dejar que el alma llore...

La vida siempre igual! … Con su color de tedio,
con sus tardes lluviosas que estremecen de frío
y son como la angustia de este mal sino remedio
que nos va consumiendo de locura y hastío!

Dejar que el alma llore con su misma dolencia
y se pierda en canciones vagas y misteriosas…
Seguir viéndolo todo con esa indiferencia
del que sabe el amargo secreto de las cosas!

Ya no nos queda nada!… Ni aquellos ojos negros
que eran como el encanto de una noche dormida…
Ni aquella risa loca que iba fingiendo allegros
en ese pentagrama lírico de la Vida!

Y sentir un perfume como a novias lejanas…
Y el corazón llorando con un dolor eterno,
con ese dolor místico que tienen las campanas
que lloran al crepúsculo de una tarde de invierno.

La lluvia sigue hilando su canción de abandono…
Ha llegado la tarde final en que mi vida
cantará sus tristezas, y con su mismo tono,
así, como una flauta, se quedará dormida…

Transcrito por Jorge Luis Pérez Armijos. Tomado de Compilación de poemas de ecuatorianos.

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