No existe mejor forma de conocer un lugar y a su gente que a través de una novela que sea capaz de internarse en el alma de los seres humanos, en su conciencia, en sus creencias, en sus comportamientos y en los detalles que marcan su vida diaria.
Ahora que somos testigos preferenciales, a miles de kilómetros de distancia pero en vivo y en directo, del horror que se apropia otra vez de Afganistán, vale la pena leer estos tres libros de dos autores afganos que nos ayudarán a comprender mejor lo que allí sucede: ‘Mil soles espléndidos’ y ‘Cometas en el cielo’ de Khaled Hosseini, y ‘La piedra de la paciencia’ de Atiq Rahimi.
‘Mil soles espléndidos’ es una historia embarrada de sangre, fanatismo y horror que se traslada desde la ocupación soviética hasta una cruenta guerra civil, pasando por el abominable dominio Talibán y terminando en la invasión estadounidense y el intento de resurrección de un pueblo aniquilado por sus propias creencias. Se muestra en esta novela magnífica, intensa y desoladora, la opresión de la mujer y la intolerancia de carácter político y religioso que derivan en las atrocidades cometidas en el nombre de una divinidad cuyos mandatos, a los ojos de la razón y la cordura, resultan ignominiosos.
‘Cometas en el cielo’, la historia de dos niños, Amir y Hassan en Kabul, se adentra no solo en ese mundo sórdido de los niños sin infancia en la Afganistán monárquica que ha caído en manos de los soviéticos y que se prolonga hasta el ascenso de los talibanes que llegan para imponer su justicia de forma inapelable contra los ciudadanos que miran la televisión o leen un libro que no sea el Corán, entre muchas otras atrocidades. Amir, el pequeño que vive pegado a los libros, sentirá las recriminaciones constantes de su padre por esa costumbre ociosa frente a las desgracias que vive su patria.
Los pequeños vivirán pronto el horror del abuso sexual en medio de un imponente concurso de cometas, una suerte de paradoja siniestra de aquel mundo que les ha tocado vivir.
Atiq Rahimi con ‘La piedra de la paciencia’, que también fue llevada al cine, consigue elaborar una novela en la que se muestra de forma descarnada ese machismo imperante que nace de la Sharia y que convierte a las mujeres en seres incapaces de levantar la voz o salir de su casa sin la compañía de sus maridos, una vida que las condena a usar un velo para cubrir su rostro y dedicarse por entero a la casa y al cuidado y satisfacción de su hombre.
La protagonista de esta historia, que recupera la voz cuando el marido es herido con una bala que se aloja en su cerebro y lo deja postrado, comprenderá que esa voz que ella creía perdida, la ha devuelto a la vida.
Leer en Afganistán puede llevar a la muerte a sus habitantes, hombres, mujeres o niños, pero leer sobre Afganistán, sobre sus costumbres bárbaras y esa realidad brutal que otra vez se nos muestra tras el retorno del Talibán, quizás nos permita ser más solidarios para salvar alguna de aquellas vidas.
Este artículo apareció en el diario El Comercio.