Llora sobre mi pena tus lágrimas más puras
—tiembla en mis manos débiles el cáliz de la vida—
Esta noche, Adorado, escuché las obscuras
voces que desde ha tiempo me llaman de Ultra-Vida.
I fue cuando tu labio que encendiera mi nieve
tradujo dolorido tu pensamiento extraño
i hablabas… No sabías que entre la sombra aleve
sus manos me tendían tus amadas de antaño.
I eran tus novias muertas las que tenían la clave
divina de tu enigma. Solo la Muerte sabe
poner en nuestras manos el goce del anhelo.
En mis frescos jardines se abatió la tormenta.
Llora sobre mi vida que a la Sombra se orienta:
¡ya soi bajo tus ojos con la fiebre del vuelo!
Fuente: Aurora Estrada i Ayala, Obra poética (1925-1960). Trabajo filológico, prólogo y epílogo de Rosario de Fátima A’Lmea Suárez. Quito : El Ángel Editor, 2022, p. 86.