pie-749-blanco

«Nada les calza», por don Óscar Vela

Seguimos en medio de este fuego cruzado entre un virus que no nos da tregua y la angustiosa paralización de actividades, que va cobrando sus víctimas contabilizadas en quiebras, insolvencia, rupturas, hambre, y, por desgracia, en muertes.

Artículos recientes

Seguimos en medio de este fuego cruzado entre un virus que no nos da tregua y la angustiosa paralización de actividades, que va cobrando sus víctimas contabilizadas en quiebras, insolvencia, rupturas, hambre, y, por desgracia, en muertes.

Vivimos una crisis mundial sin parangón, y por la misma razón, una catástrofe para la que nadie estaba preparado. De hecho, nadie podía estarlo, ni siquiera los gobiernos de las naciones más desarrolladas del planeta que han quedado expuestas por sus serias deficiencias en salud pública. Sin duda han sido los estados poderosos los que mejor han podido sobrellevar esta tragedia, pero incluso ellos han sufrido reveses que jamás habrían imaginado al inicio del año.

América, este continente gobernado en su gran mayoría por populistas mesiánicos, azotado en gran parte por índices alarmantes de pobreza, invadido por la infección fatal de la corrupción y contagiado por la manía viciosa de varias generaciones de gobernantes que, sistemáticamente han apartado de sus programas la salud y la educación públicas, hoy se ha visto azotado como pocos por la pandemia del coronavirus, que no ha respetado ni a la gran potencia occidental, ni a naciones populosas en desarrollo, ricas en recursos, como México o Brasil.

En Ecuador la catástrofe apenas ha empezado a manifestarse y se dice que ya superamos la decena de miles de muertos. No ha sido fácil enfrentar esta pandemia con las arcas fiscales vacías, con la deuda exorbitante, y, sobre todo, con una población afectada por el síndrome del Estado paternalista que lo debe solucionar todo con dádivas y que, por tanto, también debe inmiscuirse hasta en los más ínfimos detalles de la vida de la gente.

No cabe duda que el Gobierno y sus funcionarios, en medio de esta tempestad, han equivocado muchas veces el rumbo y han tomado decisiones ciertamente erradas. No cabe duda que varias de sus resoluciones y planteamientos no nos han agradado o incluso podríamos pensar que serían negativas para el país, pero allí debemos estar los ciudadanos para disentir, proponer, dialogar y avanzar entre todos hacia el final del túnel.

Muchas personas que están cerca de nosotros han perdido a sus familiares, han cerrado negocios, han quebrado, se han quedado sin nada, pero todavía están de pie dispuestas a luchar, y han empezado otra vez con pequeños servicios y un comercio improvisado por las circunstancias y por la necesidad de sobrevivir. Esa es la forma en que vamos a salir adelante, juntos, unidos a pesar de nuestras diferencias.

Y, claro, están también aquellos a los que nada les calza, los esperpentos que hoy al país no le sirven para nada, los que se levantan a diario para cuestionarlo todo, que amenazan y critican sin aportar una sola idea, aquellos que se han convertido en opositores recalcitrantes de lo visible e invisible, que no parecen comprender la real situación del Ecuador pues viven solo para sus intereses y agendas personales.

Este artículo se publicó en el diario El Comercio.

5 1 vote
Article Rating
0
Would love your thoughts, please comment.x