«Polvo en la biblioteca» (Bruno Sáenz Andrade)

Antes he dialogado con las líneas vivaces, con la sabiduría tranquila de los muertos: / los dones del Espíritu soportan bien la lima tenaz del calendario. / He dejado que me hablen, para aliviar con ritmos, imágenes, ideas / las siegas previsibles del tedio y la fatiga...

Antes he dialogado con las líneas vivaces, con la sabiduría tranquila de los muertos:
los dones del Espíritu soportan bien la lima tenaz del calendario.
He dejado que me hablen, para aliviar con ritmos, imágenes, ideas
las siegas previsibles del tedio y la fatiga. (¡Oh, la siembra voluble de la imaginación!)
Guardan silencio ahora, un mutismo bastante similar al de un mueble gastado por el uso.
Van a empezar la charla, me digo, al mismo tiempo
los dispersos cuadernos, el párrafo elocuente, las discretas razones,
la lengua socarrona de la gota de tinta.
¿Se acogen mis oídos al rumor de los libros hojeados por un soplo, no por la mano alerta? 
Con ejemplar cautela, ocupan los volúmenes las repisas, el borde
gris de la chimenea, mi mesa de trabajo.

Poema no publicado, cortesía del autor para nuestra web.

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