Es patente, es evidente: Presidente y presidenta están registrados en el diccionario general y el uso de ambos términos es correcto. Presidenta se aceptó mucho antes de que comenzaran los movimientos ultrafeministas de los os/as. Tengo en casa, a mano, el ‘Diccionario crítico etimológico castellano hispánico’ del gran lingüista catalán Joan Corominas, en seis volúmenes, en el cual se incluyen presidente, presidenta y presidencia como procedentes etimológicamente de ‘presidir’: ‘Estar sentado al frente’. En el diccionario general de 1970 presidenta se define así: 1. ‘La que preside’. 2. ‘La mujer del presidente’.
¡Y aún cunde el adefesio (esta vez en la voz por ‘WhatsApp’ de una señora de Vox, el partido ultraderechista de España)!, de que ‘presidente’ es palabra formada por presid- del verbo presidir y la terminación ‘ente’ (que para ellitas, necias como pocas, no es –nte, uno de tantos sufijos que existen en español –ni se lo preguntan- sino la más profunda palabra de nuestra lengua, ‘ente’, que significa ‘ser’). Torpemente, insisten en algo falso; aunque presidente es un ser o un ente que preside, esta realidad viene señalada por la terminación ‘-nte’ añadida a parte de la palabra base, presidir. Pretenden, parece que seriamente, basarse en conceptos filosóficos ricos y amplios, como el de ‘ser’ o ‘ente’, que tiene múltiples interpretaciones filosóficas, pero inútiles en este tema. Presidente no es palabra compuesta por dos otros términos unidos en el compuesto (preside + ente): es una sola palabra en la cual presidir se modifica por la añadidura correcta del sufijo -nte que la dota de nuevo sentido.
¿Algo de teoría?: Existen en la gramática prefijos, sufijos e infijos. Los buscamos en el Diccionario de la Lengua Española, DLE, marcándolos con un guion que va después del prefijo, para dar a entender que este se antepone a la base léxica: a-, ante-, co-, en a- portar; ante- diluviano, co- operar.
En los sufijos, el guion va antes, porque en la nueva palabra se pospone a dicha base. El sufijo –nte da lugar a preside-nte, y también a precede-nte, incide-nte, trascende-nte, etc. No necesitamos para nada al ente filosófico: y en presidente no tiene nada que hacer.
Hay más: de -nte junto al verbo, resulta un término que significa ‘que ejecuta la acción expresada por la base’; toma la forma -ante cuando el verbo base es de la primera conjugación: de agobiar, agobiante; toma la forma -ente o -iente, si el verbo al que acompaña es de la segunda o tercera conjugación: de absorber, absorbente; de dirigir, dirigente; de depender, dependiente, crujiente, de crujir; agobiante, de agobiar; veraneante, de veranear. “Muchos de estos adjetivos suelen sustantivarse y algunos … han generado una forma femenina en –nta: dependie-nte, dependie-nta, preside-nte, preside-nta”.
Por eso, el DLE registra presidenta, que nada tiene que ver con ‘ente’, ‘ser’, peor aún con enta, según lo visto y oído. Y ellitas siguen diciendo ‘la señora presidente’ o ‘la presidente’.
Este artículo apareció en el diario El Comercio.