«No hay cómo confiar en los sensibles» (Ana Minga)

No hay cómo confiar en los sensibles / son complicados / cuando hablan nadie los entiende. / Están claros en el dolor / lloran cuando ven a la humanidad / sus ojos se enredan en las respiraciones. / Están en todo y no están en nada...

No hay cómo confiar en los sensibles
son complicados
cuando hablan nadie los entiende.

Están claros en el dolor
lloran cuando ven a la humanidad
sus ojos se enredan en las respiraciones.
Están en todo y no están en nada.
Cuando se callan parece que están serenos
pero en realidad sus pensamientos están desordenados
se repiten las cosas hasta convertirlas en fuego.

Cuando se deciden a vivir
encuentran muertos en su cabeza
y así caminan por las calles apretando los labios.

Como niños silenciosos se sientan a contemplar el horizonte
parece que algo se les va a reventar en el pecho
y sin fijarse en lenguas mal intencionadas
ponen sus ojos frente al suelo
como obligándole al cemento a responder los mil porqués.

Estos seres son insoportables
—eso dicen todos—
les molesta su existencia
ni su propia sombra los aguanta
nunca ponen en venta sus sueños
siempre están en huída
abrazando toda forma de soledad.

Aunque no lo dicen
no soportan los hastaluegos
cuando los visitan
todo se les acaba
se sumergen en el terror
y en su metro de espacio
lloran como huérfanos en medio del mundo.

No hay cómo confiar en los sensibles
fingen ser de hierro
pero sólo una caricia o un soplo en la cabeza
les basta para romperse entre nuestras manos
se quedan como muecas sangrientas
y nos hacen sentir seres frívolos
incapaces de amarlos.

Fuente: Nueva York Poetry Review.

2 respuestas

  1. Gran poema, al leerlo siento que camino sobre estas letras perfectas.
    Gracias por compartir esta llama.

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