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Palabras de recepción a don José Luis Ramírez Luengo en calidad de académico honorario, por doña Susana Cordero de Espinosa

El pasado 13 de octubre, don José Luis Ramírez Luengo se incorporó en calidad de miembro honorario a nuestra Academia. Compartimos el discurso de bienvenida que pronunció doña Susana Cordero de Espinosa para recibir al nuevo académico.

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Esta tarde, cuando tenemos entre nosotros a don José Luis Ramírez Luengo, a quien nuestra Academia Ecuatoriana de la Lengua recibe en calidad de Miembro Honorario, quiero y debo mencionar algunos datos y circunstancias históricas relativos a nuestra Corporación: fundada en 1874, es la segunda academia de entre las 23 existentes en el mundo hispánico y pronto cumplirá sus 150 años de existencia. Durante los años que siguieron a los de la independencia de las colonias americanas, en países del cono sur, hubo gran resistencia a fundar Academias de la Lengua; cundió en ellos el afán por ‘completar’ culturalmente la independencia respecto de España, negándose a aceptar su idioma. Hoy, para mostrar el espíritu que movió a nuestros fundadores, leo parte de la hermosa carta que el gran historiador y académico Monseñor Federico González Suárez escribe a don Alejandro Pidal y Mon, entonces director de la Real Academia Española:

Hay, como V.E. bien lo sabe, entre la lengua que se habla y el ánima del hombre una unión tan íntima, un vínculo tan apretado, una dependencia tan recíproca, que el lenguaje viene a ser, por eso, uno como espejo vivo, en que aparece reflejada el alma, con exactitud: cultivar, pues, el idioma, estudiarlo, analizarlo y procurar conservarlo puro, genuino e incontaminado es obra civilizadora; y tanto más civilizadora cuanto (como sucede en el castellano) el idioma que se habla sea más perfecto, más rico, más variado y esté ya fijado mediante la formación de una literatura, en la [cual lo] que solemos llamar el fondo de las obras literarias se halle en armonía con la expresión.

Una lamentable equivocación comenzó a cundir, hace algún tiempo, en los pueblos hispano americanos, y fue la de creer que también el idioma en nuestras Repúblicas debía emanciparse de España, así como las colonias se habían emancipado de la Metrópoli; confieso llanamente a V. E. que yo no puedo entender cómo se podría haber verificado semejante emancipación del idioma, a no ser que se hubiera convenido [en] la democracia americana en hablar una lengua del todo indisciplinada, lo cual, aunque se hubiera querido, habría sido metafísicamente imposible realizar. Por el idioma castellano, que es el habla materna de los americanos, todavía, hasta ahora, como en los días de Carlos Quinto y de Felipe Segundo, el sol no se pone en los dominios pacíficos de esa Real Academia Española de la Lengua.

Con profundo respeto, soy de Vuestra Eminencia, Excmo. Señor Marqués, atento servidor y capellán +Federico. Arzobispo de Quito.

A 24 de marzo de 1908

Este fue y es el espíritu de nuestra Academia, instalada en Quito hace ciento cuarenta y ocho años; este, el ánimo de las Academias que en otro tiempo se negaron a crear sus propias corporaciones, y cuyo trabajo en favor de la unidad del español es hoy ejemplar. El Ecuador nunca tuvo líderes políticos ni hombres de cultura que sintieran el español como un lastre, aunque históricamente se perpetrara el error de haber relegado las lenguas indígenas a un confinamiento vergonzante. El expresidente ecuatoriano y académico, Luis Cordero Crespo, autor, en 1892, del primer Diccionario quichua-español, español-quichua usado hasta hoy, celebraba la armonía y el hermanamiento de español y quichua, con modismos peculiares de uno y otro, y ‘expresiones graciosas’ y se lamentaba: ‘avanzado el mestizaje, el quichua ha entrado en una etapa de ensombrecimiento’. Hoy ya no es así: hay un gran afán por estudiar y recuperar las lenguas indígenas que, gracias a su admirable persistencia, existen aún en el Ecuador.

Sé que el nombramiento de José Luis Ramírez Luengo, historiador de la lengua española, como Miembro Honorario de nuestra corporación, significará para él un compromiso de estudio respecto de las variedades del español andino-ecuatoriano, que ratificará y enriquecerá las ya numerosas e interesantísimas obras escritas por él mismo sobre el español de América, entre ellas, La lengua que hablaron los próceres. El español de América en la época de las independencias. Su prologuista, Enrique Obediente, de la Universidad de Los Andes, señalaba: “esta obra quiere formar parte de la conmemoración de los doscientos años del inicio del proceso independentista de las antiguas provincias españolas de América”. Nosotros, este año 2022, conmemoramos también los doscientos años de la Batalla del Pichincha, decisiva para la Independencia de Quito y culminación del proceso independentista de las provincias que constituirían más tarde nuestra República del Ecuador.

Hoy me referiré brevemente a la obra citada; al leerla me entusiasmaron su tema y el método de análisis gracias al cual aborda, a partir de documentos de la época, los distintos registros del español, lengua de la cual América se apropiaba, marcando en ella la presencia de otro espíritu y, para conocer mejor a Ramírez Luengo, resumiré, a modo de aperitivo, una mínima parte del singular trabajo citado, el cual “ se aproxima a la lengua del siglo XIX a partir de documentos producidos por gente de aquí y de aquellos tiempos”.

Según el prologuista, ‘ya puede hablarse para esos momentos de un español rioplatense o de un español andino, por ejemplo, y aquella lengua muestra en muchos casos una gran semejanza con las correspondientes variedades actuales’. Enrique Obediente constata que de la implantación del español en América a su dialectalización transcurrieron tres centurias, durante las cuales el español recibido por América fue moldeando sin violencia, algunas estructuras de la lengua. Ramírez transcribe y analiza distintos textos y nos entrega sus variedades lingüísticas: las funcionales o diafásicas, atinentes a los diversos registros de lengua; las socioculturales o diastráticas, relativas a los niveles del idioma; las geográficas o diatópicas y las históricas o diacrónicas.

El corpus que Ramírez examina consiste en tres cartas privadas, tres textos oficiales y un impreso panfletario, ‘producidos por hablantes pertenecientes a varios grupos sociales que se extienden desde un nivel socioeducacional más o menos bajo hasta el de estratos cultivados’.

De entre ellos, leo la carta que María Guadalupe Cuenca de Moreno, criolla altoperuana nacida a finales del siglo XVIII en Chuquisaca y radicada en Buenos Aires tras su boda, dirige a su marido, junto con una mínima muestra del análisis que el filólogo dedica a este documento.

Más allá de algunos de los ricos datos que se nos entregan, anoto el interés psicológico, afectivo, social y hasta político que despierta en el lector esta carta que, no exenta de alguna vieja y previsible fórmula epistolar, transmite las posibilidades de expresión de una mujer de la época perteneciente a la clase media alta de Bolivia y, por ende, muestra la calidad y las dependencias de su libertad:

Mi querido Moreno de mi corazon: me alegrare q.e esta te halle con perfecta salud como mi amor lo decea, nosotras quedamos buenas, a Dios gracias. pero con la pesadumbre de no saber de vos en sinco meses q.e se cumple mañana, ya te puedes aser cargo como estaré sin saber de vos en tantos meses q.e cada vno me parece vn año, cada dia te estraño mas, todas las noches sueño con vos, a, mi querido moreno quantas veses sueño q.e te tengo abrasado pero luego me dispierto y me hallo sola en mi triste cama, la riego con mis lagrimas de verme sola, y q.e no solo no te tengo á mi lado si no q.e no sé si te bolbere a ver, y quen (sic) sabe si mientras esta avsiencia no nos moriremos alguno de los dos, pero en caso de q.e llege la ora sea a mí Dios mio y no a mi moreno pero Dios no lo permita que muramos sin bolvernos a ver.

El 16 de este llegó vn Chasque de Casteli, con oficio ála Junta calentandoles las orejas p.r lo acaesido el 6 de Abril diciendoles q.e en q.e piensan q.e todos los Cabildos del Peru han tenido a mal su proseder con los Vocales p.r q.e conocian el verdadero Patriotismo de estos S.rs q.e les niegan la obediencia mientras no reponen en sus empleos á los desterrados de ese dia q.e el Exersito está descontento con este Govierno si no se reforma; y dicen q.e bienen firmados todos los Gefes de la Espedicion, vna carta a Junes de Casteli, en q.e le dice las verdades y se la mostro a vn amigo suyo, llorando. El dia q.e llegó el chasq.e vbo vn combite q.e les hisieron á los Chilenos q.e han benido, y lo q.e leyo el oficio Saavedra dicen q.e empeso a patear tratando de picaro a Casteli y quiso mandar al instante a vno de los Balcarse p.a q.e lo trajera preso á Casteli, pero Funes y Molina dicen que lo sosegaron diciendo q.e no (tachado) es tiempo de atropellar sino de pensarlo bien.

Madera escrive a su Hermana e bisto la carta le dice q.e todo el Peru esta descontento y p.r eso no bienen los Diputados de Charcas, Potosi, Cochabanba, Oruro, Paz y demas pueblos, q.e el Exersito a resuelto aniquilarse primero q.e obedecer a éste Gobierno, Balbastro y Biamon escriven lo mismo y dicen q.e dice Biamon en su carta q.e a echo vn estrepito grande en el Exercito q.e no a podido contener a los oficiales. El Govierno trata de q.e no se traslusca esto, y a encargado al Tribunal de bijilancia q.e ponga mucho cuidado en este asunto, pero no sabe mas q.e vno de cada casa, y copias de la carta de Madera q.e andan en mucho secreto.

Acaba de dentrar tu Tio D.n Martin a darme vna noticia faborable, ávnq.e yo hubiera querido q.e biniera acompañada de carta, pero como a de ser tendre paciencia y me contentare p.r haora con saber q.e estas bueno y serca de tu destino. El Yngles q.e vive en lo de tu Abuela les a dicho q.e ayer dentró vn barco, y q.e dice el Capitan q.e los encontro ocho o dies dias de camino q.e te faltaba p.a llegar a Londres q.e iban buenos, y q.e aquel Govierno reconocia el de B.s A.s yo me alegro muchismo (sic) de saber q.e estas bueno e tenido este consuelo avnque no entero. Tambien me a dicho tu Tio q.e llego anoche chasque de Casteli dando parte q.e han llegado dos Diputados de Lima diciendo q.e suspendan las armas p.r quarenta dias y q.e no se entiendan en cosas de la Patria con Goyeneche p.r q.e lo tienen por sospechoso si sale en Gaseta mañana te la mandare. El Yngles don Alegndr vino avisarme que el 23 salía barco haora dias estubo Peres y hablando sobre a quien bendrian dirigidas tus cartas, por no estar Larrea. me dijo q.e lo biera a D.n Alegandro y le digera q.e si benian las cartas bajo de su cubierta, me las mandara, esto me dijo Perez p.a librarlas de q.e caygan en manos de nuestros contrarios, se lo dije al ingles y escrivio ese papelito y me dijo q.e lo pusiera dentro demi carta, me parece q.e sera p.a q.e sepas su nombre y mandes las cartas a el pero eso vos sabes a quien las has de dirigir yo lo ise p.r asegurar las primeras q.e como no esta Larrea pudieran caer a manos de estos p.r q.e tantas ganas te tienen a vos como a Larrea y a todos tus amigos y asen lo posible p.a imputarles delitos. y no tengo más q.e decirte sino q.e no te olbides que sois Christiano procura cumplir con tus obligaciones de (tachado) Christiano; recive memorias de tu Madre nuestro hijo las muchachas y demas familia y dáselas a Manuel en nombre de todas, y seamos buenos p.a q.e Dios nos ayude tu muger q.e verte desea

Maria Guadalupe Moreno (rúbrica)

En honor al tiempo, reduje el análisis de Ramírez Luengo al contenido de esta carta privada y llena de sentido común, que revela, además del afecto de Guadalupe por su esposo, algunos de los sucesos que tienen lugar en el Buenos Aires de los primeros momentos de independencia.

En lo fónico, atendamos a la serie de términos seseantes, como decea, sinco, aser, y a la neta distinción en la pronunciación de la elle y de la y.

Existe vacilación de timbre en las vocales átonas, dispierto, por despierto y diptongación irregular en ausiencia, (que oímos también en el español popular del Ecuador).

En grafías como muchismo o Algandro, desaparecen en lo escrito la <i> y la <e> apunta Ramírez y revela cómo esta desaparición ‘sirve para datar ya en este momento las pérdidas vocálicas –o vocales caducas– habituales hoy en el altiplano boliviano. Existen confusiones en las líquidas situadas al final de sílaba como Balbastro por‘Barbastro’, y el trueque de /b/ por /g/ (Gustamante por ‘Bustamante’), o la transformación de /f/ en /x/ (Junes por ‘Funes’). En cuanto a la morfosintaxis, el filólogo menciona características del español del siglo XVIII, como la menor extensión de la a ante complemento directo en ‘aquel Govierno reconocia ø el de Bs. As., por al de BB AA–, o el empleo de expresiones temporales como lo que leyó el oficio por ‘en cuanto leyó el oficio’ o haora dias estubo Peres ‘ahora hace días estuvo Pérez’. Falta la preposición de en algunas estructuras (El Yngles D.n Algandro (sic) bino a abisarme; no te olbides ø que sois Christiano), por bino a abisarme de que, uso que también es poco frecuente en el español del Ecuador, donde usamos avisar sin la preposición de; o no olvides que sois Christiano, por no olvides de que sois critiano; el uso de diminutivos en -ito, habitual en América y en Ecuador frecuentísimo aunque se encuentren en nuestro uso frecuentísimo del diminutivo, formas en -illo, mientras el sufijo -uelo, en nuestra habla forma despectivos, no diminutivos.

Notamos también la duplicación pronominal con complemento directo: para que lo trajera preso á Casteli; me dijo q. lo biera a D.n Alegandro.

Como fórmula de tratamiento, destaca el empleo de ustedes y la tercera forma del plural como forma de confianza (dice el Capitan q.e los encontro [a ustedes] ocho o dies dias de camino q.e te faltaba p.a llegar a Londres q.e iban buenos; tantas ganas te tienen a vos como a Larrea…, mientras para la segunda persona del singular la autora usa el voseo, cito: ‘aunque en lo verbal aparece un sois propio del voseo diptongado, casi todas las formas inequívocas son tuteantes (puedes, recive), voseo pronominal y tuteo verbal, sigue el autor, propio de zonas como el noroeste argentino, o el del Buenos Aires de la época. Aquí, no puedo dejar de mencionar este mismo voseo usado aún en el ámbito popular en Cuenca, mi ciudad: Vos sois, vos haces… En el caso del sistema verbal, distingue el uso de los pretéritos perfectos simple y compuesto: el primero marca acción acabada en el pasado (El dia q.e llegó el chas q.e vbo vn combite q.e les hisieron álos Chilenos; dice el Capitan q.e los encontro ocho o dies dias de camino… mientras que el compuesto se refiere a acciones que, habiendo comenzado en el pasado, muestran relación con el presente: el Exersito a resuelto aniquilarse primero q.e obedecer a éste Gobierno; llego anoche chasque de Casteli dando parte q.e han llegado dos Diputados de Lima).

En cuanto al léxico, el único indigenismo que se registra es chasque ‘mensajero, emisario’ que resulta habitual hoy en una amplia zona de América del Sur, incluido el Ecuador.

Como americanismos de frecuencia, voces del español general aunque de uso más frecuente en América, se halla extrañar ‘echar de menos a una persona o cosa’; entre voces coloquiales, patear por ‘estar encolerizado’, o pícaro por bajo, ruin, y la locución calentar las orejas por ‘reprender a alguien severamente’ así como tener ganas a alguien por ‘tener aversión a alguien’.

Hasta aquí, este resumen del análisis de Ramírez Luengo sobre la carta de María Guadalupe.

Al leer este trabajo vuelvo a pensar cuánto necesitamos en nuestro país, para conocernos mejor y vivir siendo mejores, que alguna de las universidades ecuatorianas funde una auténtica Facultad de Lingüística, con las cátedras exigidas, y se llene este vacío en la formación intelectual de nuestros jóvenes, cuyo talento es digno de una educación más profunda, significativa y variada, auténticamente humanística.

Ramírez Luengo busca y entrega en sus trabajos, el espíritu que nos caracteriza y nos vincula; en el fondo, aspiramos, como lo señaló nuestro arzobispo, a esa unión íntima entre la lengua que se habla y el ánima del hombre. Ese vínculo apretado y dependencia recíproca, al punto de que la lengua sea un espejo vivo, en que aparezca reflejada el alma: pues cultivar el idioma, estudiarlo, analizarlo y procurar conservarlo es obra civilizadora y el lenguaje viene a ser uno como espejo vivo, en que aparece reflejada el alma, con exactitud.

Bienvenido, José Luis Ramírez Luengo, a esta nueva calidad de Miembro Honorario de nuestra Academia Ecuatoriana de la Lengua.

Quito, 13 de octubre de 2022

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