Poema del día: «Pasos recogidos» (Bruno Sáenz Andrade)

Has agotado ya la adición de tus días. / Dejas atrás los nombres, las cifras, la baraja marcada por el triunfo o por el infortunio, las borrosas memorias / y las señas que guardan las cédulas, las lápidas, el elogio mortuorio del amigo, del huésped..

Has agotado ya la adición de tus días.
Dejas atrás los nombres, las cifras, la baraja marcada por el triunfo o por el infortunio, las borrosas memorias
y las señas que guardan las cédulas, las lápidas, el elogio mortuorio del amigo, del huésped,
de cuantos no han podido continuar por la senda, caminar a tu lado, ni arrancar hasta hoy día la hoja del calendario,
tachar con gesto impune la sisa de la fecha.
Sumas con cinco dedos las albas, los inviernos, la caza de quimeras, la siega de palabras.
Sientes melancolía, una falta indecible, una tristeza indigna de tu condición de hombre lavado por el agua
y signado en la boca con la sal del bautismo.
No añoras la obra manca, las páginas ya escritas, la inicial mal trazada, los puntos suspensivos, la gran mancha de tinta…
Otros bienes te faltan, inútiles, sin precio, tan insignificantes como la pieza suelta de níquel o de cobre al fondo del bolsillo,
el gusto de un pedazo de pan, de un trago acerbo,
el roce familiar de la casaca usada (¿comienzas a extrañarlos antes de la derrota?),
la calle sin tu sombra ni tus vagabundeos,
el filme no estrenado, el libro nunca abierto (¿tiene alguna importancia la mayúscula impresa con un sello de fuego sobre la piel del lomo?),
la receta caduca, la firma del galeno igualmente ilegible.
Desconoces la fecha, benigna o pavorosa, del paso del arcángel, del portón que se entreabre y cierra para siempre.
Te adelantas a ciegas a la condición torva de alma del purgatorio.

(Poema sin publicar, gentileza del autor)

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