Ven a jugar en este vacío que prometemos coronarte con acordes y algún símbolo en las sienes. / Una gloria heredada de la pérdida. Es más de lo que merece el descrédito; es menos que la alegría inusual por la masturbación de los obreros...

Ven a jugar en este vacío que prometemos coronarte con acordes y algún símbolo en las sienes.

Una gloria heredada de la pérdida. Es más de lo que merece el descrédito; es menos que la alegría inusual por la masturbación de los obreros. Mañana que es hoy, nos instalaremos en este cuarto sin paredes y el cuerpo benevolente disfrutará de un eco ligero que son miles de nombres escondidos: A pesar de todo, el juego en este vacío provee la serenidad de los espacios que van al 2%. La nostalgia que cruje el beso al raspar las vísceras. Los monstruos convertidos en mujeres extrañamos el mar. Aguardamos el ritmo del silencio de las barcas que llegan a inundársenos en la espalda. Mañana, es decir hoy, pero tal vez un instante sabré que la muerte ha ocurrido todo este tiempo. Ayer, hoy, que sin embargo serán las mañanas de esta espera, dudaré (dudé, dudo) del sonido de las grietas de la memoria.

El que no cree, lo espera todo.

Fuente: Nueva York Poetry Review.

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