Ingenuamente pones en tu balcón florido
la nota más romántica de esta tarde de lluvia.
Voy a hilar mi nostalgia de sol que se ha dormido
en la seda fragante de tu melena rubia.
Hay un libro de versos en tus manos de luna.
En el libro, un poema que se deshoja en rosas…
Tiendes la vista al cielo… y en tus ojos hay una
devoción infinita para mirar las cosas.
Tiembla en tus labios rojos la emoción de un poema.
Yo, cual viejo neurótico, seguiré con mi tema
en esta tarde enferma de cansancio y de lluvia.
Y siempre, cuando mueran crepúsculos de olvido,
hilaré mi nostalgia de sol que se ha dormido
en la seda fragante de tu melena rubia.