Primera Voz / Al ángel que robamos se le ha caído la arcilla que cubría su corazón. / Ángel de madera no ha sido capaz de vencer el paso del tiempo. Lo / tengo frente a mi cama y sus mejillas, las rosas de sus senos, su ombligo / contemplan las polillas en mi cuerpo...

Primera Voz
Al ángel que robamos se le ha caído la arcilla que cubría su corazón.
Ángel de madera no ha sido capaz de vencer el paso del tiempo. Lo
tengo frente a mi cama y sus mejillas, las rosas de sus senos, su ombligo
contemplan las polillas en mi cuerpo.

Segunda Voz
Existe
una diosa en el rescoldo de la llama. La miro y huye quemándome
las pestañas. Arde y crepita aquella que se hechiza a sí misma
con la luna llena. Los animales giran a su alrededor. Veinte y ocho
círculos marcan el laberinto.
Como un trazo obligado de la belleza mírame en el cuerpo de la
noche muerta.

Tercera Voz
Jamás olvides las marcas de tu epitafio en la arena

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