Un pensamiento alimentado
de maíz, soy esa,
puedo saber de selva
el sonido en la hoja
a mis oídos.
Sentir un estremecimiento eterno
de la verdad a solas.
De un sol que arde
y del agua que hace temblar
la carne nueva.
De maíz mi sentido.
Puedo excavar la tierra
y encontrar un pájaro.
Subir al viento
y descifrar lenguaje
de cielo en las cabañas.
De maíz son mis dedos.
Suben al río y ven
al pez dormido.
Tocan las flores que juegan
con los niños de maíz,
como los míos.