pie-749-blanco

Vanidad de vanidades I

Artículos recientes

En nuestra Academia recibimos preguntas sobre el uso correcto de iniciales mayúsculas. Parece que a la gente le gusta emplear iniciales mayúsculas para destacar el significado del término en el que tal inicial se emplea,  como en Gerente General; Director; Presidente…, pero, veamos.   

Las normas sobre el uso de iniciales mayúsculas no son absolutas ni todo el mundo concuerda con ellas. Pero las hay, y es importante recordarlas.

En muy primer lugar, vaya esta advertencia: si, por ejemplo,  un título, un anuncio publicitario, un nombre se escriben en mayúsculas sostenidas, como MI COMISARIATO, o GERMÁN CORTÉS AVILÉS, ABOGADO (nombre y profesión ficticios, por supuesto: cualquier coincidencia sería obra del azar), debemos, obligatoriamente,  poner las tildes correspondientes.

Para muchos, durante largo tiempo, era obvio que se suprimiera la tilde de una vocal escrita en mayúscula, porque en las máquinas de escribir no existía la tilde para las letras mayúsculas,  ni en las cajas de las imprentas había tipos de las vocales mayúsculas con tilde. Eso acostumbró a los lectores a ver ALVARO, escrito así, o GONZALEZ, o  ALVAREZ, en lugar de ÁLVARO, GONZÁLEZ, ÁLVAREZ…  Hoy  esta supresión no se perdona;  la regla ha existido siempre y no cabe pretexto alguno para no tildar la letra mayúscula o minúscula si lo exigen las reglas ortográficas correspondientes.

A algún publicista vivísimo se le ocurrió, hace tiempo,   escribir MÍ COMISARIATO, con tilde en  ; de esta forma, pensaba el susodicho, los lectores sentirían que el comisariato les pertenecía… Grave error que logró corregirse, cuando reclamamos contra esta falta ortográfica, porque, obviamente, poner tilde en una palabra que no debe llevarla es tan erróneo como quitarla de la palabra sobre la que debe ir.

No olvidemos que mi, cuando cumple en la oración el oficio de adjetivo posesivo, como  en mi casa, mi libro, mi almacén, no lleva tilde;  sí la lleva cuando es pronombre complemento.  

He aquí algunos ejemplos: Estos libros llegaron a mi dirección, pero no son para , sino para mi padre. En mi dirección  y en mi padre mi es posesivo y no se tilda; en para , es pronombre complemento de primera persona y como tal, debe llevar tilde. Igualmente en a mí, ante mí, contra mí, etc.  se tildará vaya o no, en letras mayúsculas.

Y se acabó el espacio en mi nube personal, lector. Seguiremos.

0 0 votes
Article Rating
0
Would love your thoughts, please comment.x