El diario El Comercio publicó un artículo del historiador e intelectual don Enrique Ayala Mora sobre «Las secretas formas del tiempo», la más reciente novela de don Diego Araujo Sánchez, miembro numerario de nuestra Academia. La reproducimos a continuación para nuestros lectores.

Matar al tirano a pleno día

Enrique Ayala Mora

Al medio día, frente al Palacio Nacional, en pleno centro de Quito, el 6 de agosto de 1875, es decir hace 147 años, fue asesinado a machete y bala, el entonces presidente de la república, Gabriel García Moreno. Desde entonces su aparatosa muerte fue objeto de asombro, debate, vergüenza y ocultamiento. Se escribieron narraciones que la condenaban o justificaban, con un desate de pasiones desbordadas. En las últimas décadas se publicaron también varias novelas, unas buenas y otras malas, inspiradas en el crimen, que fueron forzosamente parte de la polémica.

La más reciente de esas novelas es la de Diego Araujo Sánchez, Las secretas formas del tiempo, que ofrece una lúcida visión del hecho, de su tiempo y su principal protagonista, el «Gran Tirano», cuya muerte dividió al país por más de un siglo. Me complace confesar que la leí ya hace meses de un tirón, porque no pude dejarla hasta el fin, entre otros motivos porque mantiene en su narrativa ese complejo equilibrio que debe caracterizar a las novelas históricas, entre la fidelidad a los hechos y la imaginación creativa, indispensable en toda obra de arte.

La obra está escrita a dos tiempos. El del protagonista Carlos Sánchez, que, en el presente, está embarcado en una carrera contra el tiempo para descubrir las verdaderas motivaciones y autores intelectuales del asesinato, antes de morir de una enfermedad terminal, y el tiempo de García Moreno, que también sabía que estaba condenado a muerte y la esperaba con resignación de mártir, combatiendo con fuerza a sus adversarios hasta el fin.

Producto de una cuidadosa investigación documental de los hechos que rodearon al «tiranicidio» y del esfuerzo imaginativo de un maestro del lenguaje y la creación literaria, esta novela conduce al lector a las secretas formas del tiempo, del poder y la pasión, donde se tocan la violencia del pasado con la inseguridad del presente. Diego Araujo ha hecho buen uso de la historia y de sus cualidades estéticas para ofrecer una obra que vale la pena.