Académicos representantes de la Real Academia Española, las academias americanas, la Filipina, la Norteamericana y la Ecuatoguineana (Guinea Ecuatorial es el único país cuya lengua oficial es el español, en el luminoso y desconocido continente africano) acabamos de asistir al XVI Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua (Asale), a la pertenecemos: Madrid, Sevilla, Córdoba. Días de plenitud humana, intelectual, estética, en la fraternidad impar del idioma común.
La Asale se fundó en México, en 1951, ‘con carácter jurídico internacional reconocido en el convenio multilateral sobre la Asociación, suscrito en 1960 en Bogotá’. En 1963, el Gobierno ecuatoriano ratificó dicho convenio. Gracias a su cumplimiento, la Academia Ecuatoriana recibe una subvención estatal anual, y sobrevive oficialmente en el mundo hispano, con la dignidad de haber sido la segunda Academia fundada en América, en 1874, y la primera institución cultural del Ecuador: ¡pronto cumpliremos 150 años de existencia!
Alrededor de 160 académicos, generosamente invitados, hemos experimentado la noble sabiduría de la hospitalidad académica y española. No es de extrañar que todos los que gozamos de esta experiencia hayamos vuelto a nuestros países de origen maravillados y agradecidos por la previsión, preparación y desarrollo del Congreso, que prestó atención a detalles importantes o aparentemente nimios, a cada sugerencia, aspiración o necesidad de las Academias. Se discutieron en sesiones plenarias, ‘asuntos institucionales, iniciativas sobre política lingüística panhispánica, acción cultural, educación, relación con los medios de comunicación’. Las Academias presentaron distintas mociones. Dentro de los proyectos panhispánicos, nuestra AEL ilustró, con amplio apoyo de las demás Corporaciones, algunas de las razones que avalan la realización de una segunda edición del ‘Diccionario de americanismos’ (la primera culminó en 2010). Igualmente, nos referimos a la posibilidad de edición de obras de nuestros grandes poetas, con los respectivos estudios.
Ocho académicos ecuatorianos numerarios y correspondientes presentaron libros y leyeron lúcidas ponencias de índole literaria y lexicográfica. ¡Cómo, cuándo tener espacio para referirnos a cada una de ellas!
En el ‘Cartuja Center’ de Sevilla, tuvo lugar la solemne sesión de clausura del Congreso, presidida por sus majestades los Reyes. Cada uno de los directores saludó al rey y la reina; se presentó la novísima edición de las obras completas de Cervantes, dirigida por don Francisco Rico, y se expuso el proyecto ‘Lengua española e inteligencia artificial’, firmado por la RAE, la Asale y empresas tecnológicas como Telefónica, Amazon, Microsoft, Twitter y Facebook, para velar por el buen uso del español y ‘obligar’ a las máquinas a emplearlo correctamente.
Nos esperaba Córdoba: en la bellísima ciudad de la deslumbrante mezquita-catedral, calles estrechas, patios y plazas inolvidables, culminó este trascendental encuentro.
Este artículo se publicó originalmente el martes 19 de noviembre de 2019 en el diario El comercio en esta dirección: https://www.elcomercio.com/opinion/opinion-susana-cordero-espinosa-asale.html