«Atrevimiento amoroso» (Nicolás Fernández de Moratín)

Amor, tú que me diste los osados / intentos y la mano dirigiste / y en el cándido seno la pusiste / de Dorisa, en parajes no tocados; / si miras tantos rayos, fulminados / de sus divinos ojos contra un triste, / dame el alivio...

Amor, tú que me diste los osados
intentos y la mano dirigiste
y en el cándido seno la pusiste
de Dorisa, en parajes no tocados;

si miras tantos rayos, fulminados
de sus divinos ojos contra un triste,
dame el alivio, pues el daño hiciste
o acaben ya mi vida y mis cuidados.

Apiádese mi bien; dile que muero
del intenso dolor que me atormenta;
que si es tímido amor, no es verdadero;

que no es la audacia en el cariño afrenta
ni merece castigo tan severo
un infeliz, que ser dichoso intenta.

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